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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

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Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 24 de noviembre de 2024

Homilía: "FIESTA DE CRISTO REY". Domingo 34 Ciclo B. Domingo, 24 - Noviembre - 2024

"Ventana abierta"

 

P. Leonardo Molina García. S.J.
FIESTA DE CRISTO REY
José Luis Sicre Díaz
Fe Adulta 
Domingo 34 Ciclo B

No se trata de una fiesta muy antigua, la instituyó Pío XI. Para comprender por qué lo hizo hay que recordar la fecha de la institución: 1925. La Primera Guerra Mundial ha terminado hace siete años. Alemania, Francia, Italia, Rusia, Inglaterra, Austria, incluso los Estados Unidos, han tenido millones de muertos. La crisis económica y social posterior fue tan dura que provocó la caída del zar y la instauración del régimen comunista en Rusia en 1917; la aparición del fascismo en Italia, con la marcha sobre Roma de Mussolini en 1922, y la del nazismo, con el Putsch de Hitler en 1923. Mientras en los Estados Unidos se vive una época de euforia económica, que llevará a la catástrofe de 1929, en Europa la situación de paro, hambre y tensiones sociales es terrible.

Ante esta situación, Pío XI no hace un simple análisis socio-político-económico. Se remonta a un nivel más alto, y piensa que la causa de todos los males, de la guerra y de todo lo que siguió, fue el “haber alejado a Cristo y su ley de la propia vida, de la familia y de la sociedad”; y que “no podría haber esperanza de paz duradera entre los pueblos mientras los individuos y las naciones negasen y rechazasen el imperio de Cristo Salvador”. Por eso, piensa que lo mejor que él puede hacer como Pontífice para renovar y reforzar la paz es “restaurar el Reino de Nuestro Señor”. Las palabras entre comillas las he tomado del comienzo de la encíclica Quas primas, con la que instituye la fiesta.

La posible objeción es evidente: ¿se pueden resolver tantos problemas con la simple instauración de una fiesta en honor de Cristo Rey?, ¿conseguirá una fiesta cambiar los corazones de la gente? Los cien años que han pasado desde entonces demuestran que no.

Por eso, en 1970 se cambió el sentido de la fiesta. Pío XI la había colocado en el mes de octubre, el domingo anterior a Todos los Santos. En 1970 fue trasladada al último domingo del año litúrgico, como culminación de lo que se ha venido recordando a propósito de la persona y el mensaje de Jesús.

Ahora, la celebración no pretende primariamente restaurar ni reforzar la paz entre las naciones sino felicitar a Cristo por su triunfo. Como si después de su vida de esfuerzo y dedicación a los demás hasta la muerte le concedieran el mayor premio.

Las lecturas

La primera lectura, de Daniel, anuncia el triunfo del Hijo del Hombre, que recibe el poder y la gloria.

La segunda, del Apocalipsis, llama a Jesús “Príncipe de los reyes de la tierra”. Pero no se considera por encima de nosotros ni lejos de nosotros. “Nos ama y nos ha lavado con su sangre”, y nos hace compartir su dignidad convirtiéndonos en un “reino de sacerdotes”. Tras la desaparición de la monarquía judía, esta expresión significaba que el pueblo estaría regido por sacerdotes. El Apocalipsis lo enfoca de manera distinta: no exalta el poder de los sacerdotes, sino el carácter sacerdotal del pueblo de Dios.

La tercera, del evangelio de Juan, ofrece una visión más crítica de la realeza. Es un auténtico interrogatorio, en el que Pilato formula cuatro preguntas; pero Jesús no es un acusado que se limita a responder. A la primera pregunta responde con otra pregunta casi insultante para un prefecto romano. A la segunda, “¿Qué has hecho?”, tampoco responde. Se remonta a la pregunta inicial de Pilato sobre si es el rey de los judíos, y se expresa de forma tan desconcertante, hablando de “un reino que no es de aquí”, que a Pilato no le quedan las ideas claras. Su pregunta final no es “¿Eres tú el rey de los judíos”, sino “¿Luego tú eres rey?”. La dimensión nacionalista desaparece; lo importante es la realeza misma de Jesús. Después de lo anterior, lo lógico sería que Jesús se limitase a responder: “Sí, soy rey”. En cambio, añade algo absolutamente nuevo: no ha venido a gobernar, ni a recibir honor y gloria, sino a dar testimonio de la verdad. Si recordamos que él es “el camino, la verdad y la vida”, Jesús ha venido a dar testimonio de sí mismo, a darse a conocer, a demostrar a la gente que “tanto amó Dios al mundo, que le dio a su hijo unigénito”. Un testimonio por el que lo acusarán de blasfemo y que, entre otros motivos, le costará la vida.

Reflexión personal

Generalmente esperamos de la homilía que nos ilumine y nos anime a ser mejores, a vivir de acuerdo con la enseñanza y el ejemplo de Jesús. Y esto es esencial si tenemos en cuenta las últimas palabras del evangelio: “Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Pero la fiesta de Cristo Rey nos invita también a felicitar, dar la enhorabuena a quien tanto ha hecho por nosotros.

Al mismo tiempo, el sentido primitivo de la fiesta encaja perfectamente con la situación que vivimos hoy de problemas sociales, políticos y económicos. No podemos ser ingenuos en las soluciones, pero tampoco podemos negarle la razón a Pío XI: si el mundo viviese de acuerdo con el evangelio, otro gallo nos cantaría.

A bote pronto y de mi cosecha:

1.      Jesús, en la Cruz, es Rey, no una víctima. O sí…  Es Maestro de vida

2.      Decía al principio del evangelio que Él predicaba el Reino de Dios. Y Él lo personificó

3.      Reino de paz. Dominó las posibles cualidades para mandar, dominar, manipular a los demás. Tenía cualidades para ello.

4.      Reino de amor. Hasta lo imposible. Amó, perdonó, fue sensible, defendió, atacó, denunció… siempre con amor. Rey, pues. No se achicó…

5.      Reino de la justicia. La honestidad, la honradez, la coherencia entre vida y palabras, la obediencia al Padre. La justicia de Dios por encima de otras, con sus esperanzas y sus exigencias.

6.      Reino de libertad. Si algo me llama la atención es la libertad de Jesús. En la vida y en la muerte, fue libre.

7.      Reino de la verdad. “La verdad os hará libres”. Envueltos en propaganda, medias  verdades y auténticas mentiras dañinas, Cristo, Tú eres libre. Y me enseñas a no tener miedo a las mentiras.

8.      Me  quedo mirando al crucifijo… y repaso  mi vida y observo la sociedad del año 2024… y que quedo extasiado. ¡Cuánta maldad y cuánto amor!

9.      Estoy invitado a conocer y seguir los pasos de este Rey. El Rey eternal de que habla san Ignacio en los Ejercicios Espirituales.

10. Cuesta, cuesta seguirle. Da miedo. Pero sé que puedo afirmar como el centurión que guardaba la cruz que ‘“verdaderamente este es Hijo de Dios! Aunque lo vea crucificado. ¡Cómo resplandece el Cristo en la cruz! decía un joven jesuita al morir, san Juan Berschman.

11. Ser discípulo de este Rey...por encima de todas las experiencias y tentaciones que tenemos en la vida… como criterio último de mis acciones

12. Ya  decía el mismo Jesús, y es verdad, “cuando yo sea elevado a lo alto, atraeré a todos hacia mí” (Juan 8,32).

13. Hermosa coronación del año litúrgico… ¿Hermosa? Noooo. Determinante. Y nos (me) invita a seguirle.

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