"Ventana abierta"
ÁNGELUS
VIRGEN CORREDENTORA
P. Santiago Martín
Franciscanos de María
El título de "Corredentora" es
aceptado con entusiasmo, con alegría por la inmensa mayoría de los fieles y,
sin embargo, es visto con algún recelo por los teólogos, me refiero al título
de "Corredentora" aplicado a la Virgen María. Los que miran este
título con resquemor, lo hacen porque piensan que resta de algún modo
importancia a Jesucristo. En realidad Cristo nuestro Señor es el único Redentor
del mundo, estamos salvados por gracia de Dios, no son nuestras obras las que nos
salvan, es la Sangre derramada por Cristo, es el amor de Cristo el que nos
salva. Esto es una cosa que tenemos absolutamente clara los católicos; pero, a
la vez, los católicos creemos también, hemos creído siempre, no solamente desde
el Concilio de Trento, sino desde los orígenes hemos creído siempre que el
hombre no es un mero sujeto pasivo, que no estamos destinados o predestinados,
como si fuéramos juguetes de un Dios caprichoso, en el fondo cruel, que a unos
destina a la condenación y a otros destina a la salvación sin mérito por su
parte.
Nosotros tenemos una imagen del hombre que
naturalmente está dañada profundamente por el pecado original, pero que con la
ayuda de la gracia es capaz de hacer obras buenas.
Nosotros creemos que el hombre puede colaborar
con Dios en la redención, una colaboración que se hace especialmente a través
de las buenas obras, o especialmente por ejemplo, a través de la unión de
nuestro sacrificio, de nuestro sufrimiento, al sacrificio, al sufrimiento de
Cristo.
Cuando yo me acerco a un anciano, cuando yo me
acerco a un enfermo, no me acerco como si fuera a ver a alguien pasivo, o que
solo puede recibir, alguien inútil que no puede dar nada; al contrario -le
digo- tú puedes colaborar con Cristo, tu enfermedad es útil, puedes contribuir
a la redención, creemos en la comunión de los santos -común unión- y creemos en
que tú, que estás en una cama de inválido, tú que estás lleno de tubos por
todas partes, tú quizá en este momento eres más útil que yo que estoy de un
lado para otro, predicando, moviéndome. Tú, atado a la cama del enfermo, quizá
en este momento eres más eficaz que yo, porque Cristo cuando nos redime, no es
cuando predica o hace aquellos grandes milagros, sino cuando está clavado Él
también al árbol de la cruz, cuando se encuentra inmóvil, inválido, inútil,
moribundo.
Queridos amigos, todo esto nosotros lo
expresamos con esta frase, diciendo que, "María es Corredentora", y
esto es realmente importante, es importante, porque diciéndole a Ella que es
Corredentora, que es colaboradora en la redención, añadiendo realmente muy
poquito a la redención de Cristo, pues Cristo es el Salvador, pero añadiendo
ese poquito nos sirve a nosotros para tener conciencia de que también nosotros
podemos colaborar a esa redención.
María Corredentora, es el modelo y la
representante de los hombres corredentores. No somos inútiles cuando sufrimos,
queridos amigos, estamos padeciendo las consecuencias de una imagen del
hombre que vale sólo si tiene éxito, sólo si es rico, sólo si es joven, sólo si
es fuerte.
Esta no es la antropología católica, esta no es
la imagen del hombre que tiene la Iglesia. Cuando la Iglesia defiende el valor
que tiene la vida humana en un anciano, cuando la Iglesia defiende el valor de
la vida humana de un jubilado, cuando defiende el valor de la vida humana de un
niño que no va a ser un chico diez, porque a lo mejor tiene el síndrome de
Down, está diciendo que la vida humana vale siempre, porque la vida humana es
creada por Dios y porque esa vida humana puede colaborar -misteriosamente si se
quiere- pero puede colaborar realmente a la obra de la redención.
María Corredentora es la primera de un camino.
Por eso les invito a ustedes a que acudan a visitar a la Virgen de la Piedad en
Quintanar de la Orden, o a visitar a la Virgen de la Piedad en Almendralejo,
Badajoz, para que allí, ante cualquiera de esas dos imágenes, seamos capaces de
decirle al Señor que creemos en el valor misterioso del sufrimiento.
María que sufre, María que está al pie de la
cruz no es una inútil, María que apoya y sostiene al Hijo muerto, María que
acompaña al enfermo, que acompaña al moribundo, o María que experimenta en su
propio cuerpo la enfermedad o el sufrimiento. María no es una inútil,
María es la colaboradora en la obra redentora de Jesucristo.
Cuando no somos nada, quizá es cuando somos
más, como Cristo en la cruz.
No lo olvidemos, porque esta es la imagen del
hombre que nos permite defenderle desde la concepción hasta la muerte natural,
y no creer que el hombre vale sólo cuando es rico, cuando es fuerte, cuando es
poderoso.
Feliz día para todos.


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