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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 14 de junio de 2023

Reflexión: "EL INCENDIO". Miércoles, 14 - Junio - 2023

  "Ventana abierta"

EL INCENDIO
Web católico de Javier Olivares 

Una vez se estaba incendiando un edificio de 9 pisos en el centro de una ciudad muy importante. Los inquilinos, al enterarse de que el edificio estaba en llamas, rápidamente salieron de sus apartamentos, a excepción de un niño de 8 años de edad que dormía en el octavo piso, pues su papá había salido a comprar y su mamá estaba de viaje.

El fuego crecía cada vez más e iba subiendo piso por piso. Los bomberos intentaban apagarlo, pero sus enormes esfuerzos no se traducían en resultados. El edificio estaba totalmente en llamas y los bomberos pidieron refuerzos a otras unidades de la ciudad.

El drama aumentó cuando los bomberos se dieron cuenta que había un niño en el octavo piso y el fuego crecía, iba ya por el quinto piso. De repente, apareció el padre del niño, que se estremeció ante la situación. Los bomberos realizaron un último intento, pero las escaleras no podían llegar hasta las paredes del edificio por haber fuego en todas ellas. En ese momento, se escucharon los llantos del niño, gritando:

- ¡Papi! ¡Tengo miedo!
El padre lo escuchaba y llorando le dijo:
- ¡Hijo! No tengas miedo, yo estoy aquí abajo. ¡No tengas miedo! Pero el niño no lo miraba:
- Papi, no te veo, solo veo humo y fuego.
Pero el padre sabía que estaba ahí, en la ventana, porque el fuego lo iluminaba.
- Pero yo sí te veo, hijo. Hijo, ¿sabes qué debes de hacer? Tírate, que aquí te agarramos todos los que estamos abajo, ¡Tírate!
El hijo le dijo:
- Pero yo no te veo.
El Padre contestó.
- Sabes cómo lo debes de hacer, ¡cierra los ojos y lánzate!
El niño le contestó:
- Papi no te veo, pero allá voy!

Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron. Entonces, el Padre lo abrazó y lloró con el hijo, juntos pero muy contentos.

El hijo comprendió que hay veces que al Padre no se le ve, pero sus palabras son suficientes para confiar en él.

Así es nuestra vida. Muchas veces hay muchos incendios, tenemos problemas parecidos a los de este niño y nuestro padre DIOS nos dice: ¡Tírate! ¡Confía en mí!, y nosotros tenemos que lanzarnos aunque no veamos nada, ni sintamos nada. Con fe tienes que salir adelante. ¡Porque solo su palabra nos basta!

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