"Ventana abierta"
Web católico de Javier Olivares
El tema del día era
el Resentimiento, y el maestro nos había pedido que lleváramos patatas y una
bolsa de plástico. Ya en clase elegimos una patata por cada persona a la que
guardábamos resentimiento. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de
la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que
durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de patatas.
Naturalmente la condición de las patatas se iba deteriorando con el tiempo. El
fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso
espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para
no olvidarla en ningún lado, desatendía cosas que eran más importantes para mí.
Todos tenemos patatas pudriéndose en nuestra "mochila" sentimental.
Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por
mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me
di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no
cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi
atención se dispersaba.
Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando
mi espíritu. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas
pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el
perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados
somos nosotros mismos.
El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de
ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo.
No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo
apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni
darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado
aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.
El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta
de perdón te ata a las personas con el resentimiento. Te tiene encadenado. La
falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza
los recursos emocionales que tienes.
El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a
diario. Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es
a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.
"La declaración del Perdón es la clave para liberarte".
¿Con qué personas estás resentido? ¿A quienes no puedes perdonar? ¿Eres tú
infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos? Perdona para que
puedas ser perdonado, recuerda que con la vara que mides, serás medido...
El perdón es la expresión máxima del amor
Aligera tu carga y estarás más libre para moverte hacia tus objetivos".
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