"Ventana abierta"
RINCÓN PARA ORAR
SOR MATILDE
MANTENEOS EN MI PALABRA QUE, OS HARÁ LIBRES
He aquí unos judíos que habían, creído en Jesús, se habían adherido a Él por su Palabra que, sentían, les comunicaba vida y una vida que iba más allá de su vida biológica... Pero, no sólo era escuchar su Palabra, sino mantenerse en Ella, con una gran perseverancia, porque ésta, es la que salva nuestra alma. Quedar clavado en Ella, a pesar de las dudas, de los titubeos en momentos: “¿Será o no será el Enviado del Padre?”. Es, dar autoridad a Otro para dirigir nuestros pensamientos y sobre todo, el corazón que, ameno sólo la Palabra del Mesías, sino su propia persona: es a Él a quién tengo que amar, con todo lo que conlleva ese seguimiento: ¡amar su forma de ser, de pensar, de desear y amar, su misma vida y hasta su Cuerpo!... Esto, es “ser de verdad discípulo suyo”... Sólo así, entra como faro potente en nuestro corazón, la Verdad, que es el mismo Jesús: “Yo soy la Verdad y la Vida”... Y esta adhesión a Jesús, es lo que nos hace libres del pecado y de la muerte.
Es el pecado, el único que nos hace esclavos en este mundo. Y después, si le hemos preferido a Jesús, nos tiene atados a un padre que no es el Padre- Dios de Jesús... ¡No quiera Dios que, nuestro padre, sea “el padre de la mentira” y de la división y del mal!... Jesús, nos ofrece a su Padre, de quién ha salido y hace sus obras, para que, de verdad, seamos libres para solo amar. Porque el que ama lo que Dios ama, ese, es hijo legítimo de Dios y su Padre, todo amor, lo protege de todo mal y le entrega, con su Hijo, el ser resucitado con Él y gozar de la vida eterna: “estar para siempre en casa”...
“En la casa de mi Padre, hay muchas estancias y os voy a preparar sitio”... ¡Qué gran promesa de Jesús que, se realizará en el Día que Dios nos tiene preparado, para la unión definitiva con Él, cuando “lo veremos cara a cara y le hablaremos, como un amigo habla con su amigo”... En ese Día, no necesitaremos luz que nos alumbre, y el sol y la luna, serán chispitas, porque “el Señor, irradiar la luz sobre nosotros y en esta Luz, reinaremos con Él para siempre”.
¡Esto, es revelación de Dios para nosotros y podemos gozarnos en estas cosas, en “una esperanza que no defrauda”, porque nuestra seguridad está en el amor que Dios nos tiene y nos lo ha mostrado enviando, a su Hijo, para que nos dijera todo lo que su Amor nos tiene preparado!...
¡De esta oración, en verdad, brota una acción de gracias ininterrumpida y una alabanza, que, por provocarla su Espíritu Santo en nosotros, quieres ser eterna, llena de gracia que, alcanza a los cielos!...
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