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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

viernes, 17 de diciembre de 2021

Meditaciones de san Alfonso María de Ligorio para la Novena de Navidad. Día 2 . Viernes, 17 - Diciembre - 2021

  "Ventana abierta"

Novena de Navidad – Día 2 – 17 de Diciembre 2021

Por Devociones

Meditaciones de san Alfonso María de Ligorio para la Novena de Navidad

SUFRIMIENTOS DE JESÚS RECIÉN ENCARNADO

«No quisiste víctima ni oblación; pero me dotaste de un cuerpo humano»

(Heb 10,50)
Consideremos qué grande fue la amargura que afligió y oprimió el corazón del Niño Jesús cuando en el primer instante de su existencia, le presentó su Padre Eterno la larga serie de desprecios, dolores y agonías que debería soportar durante su vida para redimir al hombre de su pecado. «Desde el amanecer me dio a entender el Señor. Y yo, sin contradecirle, presenté mi cuerpo a los que me golpeaban» (Is 50,4). Así habló Jesucristo por boca del Profeta.

«Desde el amanecer me dio a entender el Señor»…

Es decir, desde el primer instante de mi vida me manifestó el Padre su voluntad: debía yo vivir vida de penas y morir finalmente en la cruz. Y yo, sin contradecirlo, presenté mi cuerpo a los que me golpeaban». Todo lo acepté, cristiano, por tu salvación… Y desde entonces ofrecí mi cuerpo a los azotes, a los clavos y a la cruz.

Ponderemos cómo Jesucristo padeció desde el primer momento de su vida todo cuanto en el decurso de ella sufrió, pues lo tenía ya todo presente. Y todo lo aceptó por amor nuestro.

Pero al aceptarlo (venciendo la natural repugnancia humana), qué angustias y opresión experimentó el inocente Corazón de Jesús.

Preveía bien claro las humillaciones de su concepción y nacimiento. El dolor de nacer en una gruta fría, establo de animales. El pasar treinta años en el oscuro taller de un artesano. El verse tratado de ignorante, de esclavo, de impostor, de reo de muerte cruel e ignominiosa reservada a los malvados…

Todo lo aceptó, sin embargo, nuestro Redentor. Pero en aquel mismo instante vino a padecer reunidos todos los dolores y desprecios que soportó después hasta la hora de su muerte.

El pleno conocimiento de su dignidad divina acrecentaba el sentimiento de las injurias que debía recibir de los hombres: «Mi ignominia está todo el día delante de mí» (Sal. 43,16).

De continuo tuvo ante sus ojos la vergüenza y confusión, especialmente la que sufriría al verse despojado de sus vestidos, azotado, clavado en cruz con tres clavos de hierro, y así acabar la vida en medio de las maldiciones de aquellos mismos por los que moriría.

«Se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz». (Filip.2,8).

¿Y por qué? Para salvarnos a nosotros, ingratos y pecadores.

ORACIÓN

Redentor mío, cuánto te costó, ya al entrar a este mundo, el salvarnos de la ruina que con nuestros pecados nos habíamos ocasionado. Para librarnos de la esclavitud del demonio (a quien voluntariamente nos habíamos entregado al pecar), aceptaste ser tratado como el más vil de los esclavos.
Y, sabiendo esto, hemos podido amargar tanto tu Corazón que tanto nos amó…
Pero, ya que siendo inocente, cargaste. voluntariamente con una vida y muerte penosa, nosotros también aceptamos toda pena que nos venga de tu mano.
La aceptamos y abrazamos por venir de esas manos que fueron traspasadas un día a fin de salvarnos del infierno tantas veces merecido. Tu amor, Redentor mío, al ofrecerte a la muerte por nosotros, nos obliga con exceso a aceptar cualquier dolor, cualquier desprecio.
Por tus merecimientos, danos, Señor, que te amemos. El amor tornará dulce y amable todo sufrimiento y dolor. Te amamos sobre todas las cosas, con todo el corazón: más que a nosotros mismos.
Durante toda tu vida nos diste muchas y muy claras evidencias de afecto. Nosotros, en cambio, qué señales de amor te hemos dado? Señor, que en el resto de la vida te demos muestra del amor. No quisiéramos comparecer ante Ti, cuando nos juzgues, tan pobres como ahora estamos, sin haber hecho nada por tu amor.
¿Pero qué podremos hacer sin tu gracia? Nada más que pedir ayuda. Y, aún esta petición, es gracia tuya.
Socórrenos, Señor, por los méritos de tus penas y de la sangre derramada por nosotros.
María Santísima, encomiéndanos. a tu Hijo por el amor que le tienes: somos los pecadores por quienes tu Hijo dio la vida.

San Alfonso María de Ligorio, Meditaciones de Navidad

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