"Ventana abierta"
HOY EL RETO DEL AMOR ES VER A LOS DEMÁS CON LOS OJOS DE CRISTO
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
EVOLUCIÓN A TODO COLOR
Estaba estudiando. En el tema, hacían referencia a un
cuadro de Rafael Sanzio, titulado “Virgen con el Niño entronizados y santos”.
Lo busqué y... me pareció simplemente horroroso.
En sí el cuadro tiene su belleza, los rostros me
resultan agradables, el Niño es muy simpático... ¿¿pero de quién fue la idea de
ponerle a la Virgen un manto negro?? Lo había estropeado todo de un brochazo.
De pronto, encontré un comentario de la obra. Y, ¿sabes
qué? ¡¡Que en principio el manto era azul!!
Para hacer el manto, el artista utilizó “azurita”, un
mineral azulado que se trituraba y se mezclaba con distintos productos para
convertirlo en pintura. El problema es que ese pigmento es de lo más inestable,
y, con el tiempo, puede cambiar de color debido a la humedad ambiental.
Reacciones químicas inesperadas. Generalmente cambia a tonos verdes... pero
también puede acabar en negro.
No sé cómo se tomaría el cambio el bueno de Rafael.
Desde luego que, si me pasa a mí... no me recuperan.
¡Cómo me ha hecho orar esta anécdota! Pues creo que, en
realidad, ¡esto es lo que le sucede a Cristo cuando nos mira!
Él conoce nuestra historia, nos amó con locura desde el
primer instante... porque Él estaba creando un precioso manto azul, ¡una
auténtica obra de arte!
Sin embargo, nosotros, como el azurita, somos muy
sensibles: el ambiente, los cambios, las heridas... pueden modificar nuestro
color hasta lograr oscurecerlo por completo.
¡Y qué fácil resulta juzgar, igual que hice con el
cuadro! Rápidamente sale apartarnos de quien resulta “apagado”, “gris”... tal
vez incluso nos surja la pregunta: “¿Pero qué verá el Señor en esta persona?”
Pues lo que ve es el precioso manto azul que Él pintó en
el principio. Y, a diferencia del mineral, Él sabe que, con amor, ese color
puede brillar otra vez. Porque el mal no tiene la última palabra. Porque Cristo
hace nuevas todas las cosas, ¡incluso si esa novedad consiste en devolverles su color original!
Hoy el reto del amor es ver a los demás con los ojos de Cristo. Te invito a que mires a cada persona con la que te cruces como una obra maestra del Señor: ¡cada hermano vale toda la sangre de Cristo! Por muy oscuro que lo veas, ¡pídele al Señor descubrir el color que tiene en realidad! Si llevas el amor de Cristo en tus ojos, ¡miles de colores pueden empezar a brillar! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
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