"Ventana abierta"
Carta al Niño Jesús
No vuelvas, no vale la pena
Por Borja López
Querido Jesús:
Hace días que te hemos escrito una carta, pero no nos atrevemos a echarla,
lleva malas noticias. Y ya sabes que según qué cosas se diga, cuesta mucho
decirlas. Esperamos que nos entiendas, por eso la ponemos en el correo.
Se acerca Navidad, el día en que tú quieres volver a la tierra.
Hemos pensado que no vale la pena que vuelvas. Las razones por las que nos
parece inútil tu vuelta son muchas:
En las fiestas de Navidad todos los años pasa lo mismo: unos días de
fiesta, mejores comidas, vestidos elegantes, mucha bebida, regalos, noches sin
dormir. . . Y llega el día siguiente de los Reyes y todo y todos continúan como
antes de las fiestas.
Vemos que son muchas las cosas que van mal por aquí y no parece que se
vayan a arreglar: gente sin trabajo o mal pagada, gente que tienen casa y
familia, pero viven como si no la tuviesen, matrimonios que viven malamente,
pueblos que no se ayudan... y en las ciudades: atentados, violaciones,
miseria, etc... Y en muchas partes del mundo guerra y hambre.
Tu Navidad es un comercio para alimentar a los que ya están hartos: para
burlarnos del "Paz a los hombres de buena voluntad...". Se hacen
regalos a quienes ya tienen o a aquellos de quien se espera algún favor. Los
hermanos de lejos o que no son de los "nuestros" no reciben ni una
migaja de nuestras cosas, ¿Qué pueden pensar de nuestra Navidad?
¿Ves? No sirve para nada que vuelvas. Son muy pocos los que te van a escuchar.
No despiertes a los pastores, no llames a los ángeles, no hagas caminar en vano
a los Reyes. Quédate en el cielo y lo pasarás mejor.
Perdona si nos hemos pasado con nuestros consejos, pero son realistas.
Interesan más el dinero, los banquetes, los regalos, las armas que el
"Niño del portal" y lo que nos puede decir.
Queríamos acabar diciéndote "adiós" que quiere decir que sigas
con Dios. Acabamos diciéndote: "Con-los-hombres", arregla esto como
puedas porque sigues con los hombres.
Tuyos: Unos jóvenes.
Respuesta de Jesús
Queridos amigos:
Os agradezco vuestra carta.
La hemos leído con José y María y la hemos
comentado todos los del cielo.
No tengáis miedo de explicarme vuestras cosas
por muy negras que os parezcan. Me interesan y os prometo que ninguna de
vuestras cartas quedará sin respuesta. Me habéis escrito: "No vale la pena
que vuelvas porque mucha gente no hace caso de eso".
Aquí sí que os
equivocáis de medio a medio. Tengo que explicaros dos cosas:
Una, cómo estoy ya
entre vosotros -y dentro de vosotros- y otra cómo casi todos los hombres me
buscan y me suelen encontrar. Cualquier día podemos hablar.
De momento,
comenzad a pensarlo y sobre todo intentad experimentarlo.
Ahora, ya en vísperas del 25 de Diciembre, quiero recordaros algunas
maneras de celebrar la Navidad. Cristianos como vosotros la celebran, la
celebramos muy bien. Escuchad.
- Cada vez que
pensáis en los otros entendéis la NAVIDAD.
- Cada vez que rezáis
y ayudáis a rezar descubrís la NAVIDAD.
- Cada vez que
admiráis y queréis la belleza, la vida, la justicia, la bondad, queréis y
admiráis la NAVIDAD.
- Cada vez que te
decides a perdonar, consolar. comprender, crear alegría..., anticipas la
NAVIDAD.
- Cada vez que
descubres tus miserias y las aceptas y cuentas contigo mismo y conmigo, deseas
la NAVIDAD.
- Cada vez que tú,
novio, tratas a la novia que quieres; cada vez que tú, esposo, tratas a tu
esposa como José trataba a María. Cada vez que tú, novia, tratas al novio que
quieres; cada vez que tú, esposa, tratas a tu esposo como María trataba a
José... disfrutáis ya de la NAVIDAD.
- Cada vez que los
mayores veis a los pequeños como semejantes a mí, a Jesús; cada vez que los
pequeños sabéis ver en los mayores a mi Padre, hacéis venir la NAVIDAD.
- Cada vez que te
preparas o eres ya un buen profesional honrado y capaz, aseguras una vida
de NAVIDAD.
- Cada vez que buscas
a los pobres, a los que no tienen nombre, a los necesitados, celebras y haces
celebrar la NAVIDAD.
No acabaría. Paro. Sois suficientemente listos y buenas personas para
continuar la lista y encontrar la manera de celebrar tu Navidad, mi Navidad,
nuestra Navidad.
Recuerdos a los padres, hermanos y amigos; a los abuelos y al más
desgraciado del pueblo.
Saludad de mi parte a los que os cuesta saludar.
Estoy
con vosotros y con cada uno de vosotros.
Jesús
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