(se puede rezar con el sacerdote
en la sacristía antes de salir)
Te doy gracias porque me llamas nuevamente a tu servicio.
En esta celebración que estamos a punto de empezar.
para reconocerte en seguida en la persona del sacerdote,
a escuchar con provecho tu Palabra,
a alimentarme dignamente con tu Cuerpo y tu Sangre,
y a reconocerte presente
en medio de la asamblea de los hermanos.
a hacerlo todo con diligencia y eficacia,
y, sobre todo, a hacerlo por tu amor.
expresión del amor con el que quiero amarte,
puesto que sólo en ti encuentro la paz y la alegría.
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