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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

lunes, 28 de abril de 2014

Lectio Divina II Domingo Pascua (27-4-2014)

"Ventana abierta"



Lectio Divina II Domingo Pascua (27-4-2014): Tomás, por Ángel Moreno de Buenafuente



La liturgia de la Palabra para la lectio divina del II Domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia (Tomás)  es Act 2, 42-47; Sal 117; 1 Pe 1, 3-9; Jn 20, 19-31)


LLAMADAS


“Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo” (Jn 20,25).

“No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él” (1Pe 1,8)

“Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones” (Act 2, 42)


RESPUESTAS
 
En la prueba, en la oscuridad, en tiempo de inclemencia o de despojo, cuando se rompe el corazón y se piensa que nada ni nadie acompaña, la reacción natural es el escepticismo, el desengaño, la duda de todo y de todos. Nada ni nadie son creíbles, es tanto el dolor, que ofusca la mirada y hace que toda visión sea oscura.

No solo se trata de una prueba física; lo que más duele es la herida del corazón, la que se abre por desengaño, infidelidad, pérdida de la persona amada, rompimiento de la relación amiga, muerte de los seres queridos. También cuando asalta la duda de la fe, la tentación de incredulidad.

El apóstol Tomás, con su crisis, representa de forma muy real la experiencia dolorosa, cuando se pierde lo que más se ama y se duda de lo más sagrado. A la vez, el texto nos enseña que la luz, el consuelo y la fuerza se reciben en las mismas heridas.

Un amigo me ha hecho comprender, desde su experiencia de dolor superado, una expresión evangélica. Ante la dolencia de la ceguera -“¿Quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?»-, Jesús respondió: «Ni él pecó ni sus padres; es para que se manifiesten en él las obras de Dios.” (Jn 9, 2, 3). Y en otro lugar, al acercarse a Betania, ante la muerte de su amigo Lázaro, exclama: «Esta enfermedad no es de muerte, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella» (Jn 11, 4).

A partir de estos textos, ¿te atreverás a descubrir que en tus heridas están tus mayores posibilidades de experimentar el poder de Dios? Quizá tienes que llegar al límite, para que ahí, cuando ya no puedas más, comprendas lo que sucede por la gracia. Tus heridas, providencialmente, pueden ser tus mejores testigos de la misericordia de Dios.

Es el domingo de la Misericordia Divina. Desde hoy, la Iglesia venerará a San Juan XXIII, y a San Juan Pablo II. Ambos papas son testigos de fe de lo que sucede cuando se toca el dolor. Que estos nuevos intercesores nos concedan no dudar nunca de la posibilidad que nos ofrece la gracia y la misericordia. Y como el Apóstol, confesemos en toda circunstancia: “Señor mío, y Dios mío”.




domingo, 27 de abril de 2014

Homilía del Papa Francisco en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II

"Ventana abierta"

Homilía del Papa Francisco 

"San Juan XXIII y San Juan Pablo II dieron testimonio de la bondad de Dios"
 El Papa Francisco destacó que ambos fueron sacerdotes, obispos y Papas del Siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron

 

En su homilía de la solemne Misa de canonización de los Papas San Juan XXII y San Juan Pablo II el Papa Francisco ha recordado que en el centro de este domingo, que Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.

También ha afirmado que estos nuevos Santos no se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano, porque en cada persona que sufría veían a Jesús.

El papa Francisco proclamó hoy la santidad de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II

 

"En el centro de este domingo, con el que se termina la octava de pascua, y que San Juan Pablo II quiso dedicar a la Divina Misericordia, están las llagas gloriosas de Cristo resucitado.

Él ya las enseñó la primera vez que se apareció a los apóstoles la misma tarde del primer día de la semana, el día de la resurrección. Pero Tomás aquella tarde, como hemos escuchado, no estaba; y, cuando los demás le dijeron que habían visto al Señor, respondió que, mientras no viera y tocara aquellas llagas, no lo creería. Ocho días después, Jesús se apareció de nuevo en el cenáculo, en medio de los discípulos, y Tomás también estaba; se dirigió a él y lo invitó a tocar sus llagas. Y entonces, aquel hombre sincero, aquel hombre acostumbrado a comprobar personalmente las cosas, se arrodilló delante de Jesús y dijo: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20,28).


Las llagas de Jesús son un escándalo para la fe, pero son también la comprobación de la fe. Por eso, en el cuerpo de Cristo resucitado las llagas no desaparecen, permanecen, porque aquellas llagas son el signo permanente del amor de Dios por nosotros, y son indispensables para creer en Dios. No para creer que Dios existe, sino para creer que Dios es amor, misericordia, fidelidad. San Pedro, citando a Isaías, escribe a los cristianos: «Sus heridas nos han curado» (1 P 2, 24; Cf. Is 53, 5).

San Juan XXIII y San Juan Pablo II tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado. No se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de él, de su cruz; no se avergonzaron de la carne del hermano (Cf. Is 58,7), porque en cada persona que sufría veían a Jesús. Fueron dos hombres valerosos, llenos de la parresia del Espíritu Santo, y dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios, de su misericordia.

Fueron sacerdotes, y obispos y Papas del Siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte la cercanía materna de María.

En estos dos hombres contemplativos de las llagas de Cristo y testigos de su misericordia había «una esperanza viva», junto a un «gozo inefable y radiante» (1 P 1,3.8). La esperanza y el gozo que Cristo resucitado da a sus discípulos, y de los que nada ni nadie les podrá privar. La esperanza y el gozo pascual, purificados en el crisol de la humillación, del vaciamiento, de la cercanía a los pecadores hasta el extremo, hasta la náusea a causa de la amargura de aquel cáliz. Ésta es la esperanza y el gozo que los dos papas santos recibieron como un don del Señor resucitado, y que a su vez dieron abundantemente al Pueblo de Dios, recibiendo de él un reconocimiento eterno.

Esta esperanza y esta alegría se respiraba en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, como se nos narra en los Hechos de los Apóstoles (Cf. 2, 42-47) que hemos escuchado en la segunda Lectura. Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad.

Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos. No olvidemos que son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia. En la convocatoria del Concilio, San Juan XXIII demostró una delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado, guiado del Espíritu. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; por eso a mí me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu Santo.

En este servicio al Pueblo de Dios, San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el Cielo, ciertamente acompaña y sostiene.

Que estos dos nuevos santos pastores del Pueblo de Dios intercedan por la Iglesia, para que, durante estos dos años de camino sinodal, sea dócil al Espíritu Santo en el servicio pastoral a la familia.
Que ambos nos enseñen a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre ama".



sábado, 26 de abril de 2014

70 frases inolvidables del Papa Juan Pablo II

"Ventana abierta"

 

70 frases inolvidables del Papa Juan Pablo II 

26/04/2014


El popular Papa dejó decenas de citas para el recuerdo que le convirtieron en uno de los líderes más influyentes del pasado siglo.

Durante sus 27 años de Pontificado, visitó 129 países y transmitió sus pensamientos sobre la paz, el perdón y la pobreza en 13 idiomas.


Roma acoge el estreno del musical de Juan Pablo II, que recorrerá Polonia, Francia, España y América

Sobre el amor


1. "Amar es esencialmente entregarse a los demás"

2. "La peor prisión es un corazón cerrado"

3. "Amar es lo contrario de utilizar"

4. "El hombre no puede vivir sin amor. Él permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si no se le revela el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa de él vivamente. El amor se siente, no se ve; el amor silencioso es el más fuerte de todos"

5. "No debe buscarse ninguna recompensa mayor que el amor mismo"

Sobre la vida


6. "La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida"

7. "Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación.  Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida"

8. "El respeto a la vida es fundamento de cualquier otro derecho, incluidos los de la libertad"

9. "El sentido más verdadero y profundo de la vida es un don que se realiza al darse"

10. "Si nos alejamos de Dios, ¿quién nos garantiza que un día un poder humano no reivindique de nuevo el derecho a decidir qué vida humana vale y cuál no vale?"

Sobre la familia


11. "La familia es para los creyentes una experiencia de camino, una aventura rica en sorpresas, pero abierta sobre todo a la gran sorpresa de Dios, que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida"

12. "La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración"

13. "El futuro depende, en gran parte, de la familia, que lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz"

14. "La familia es base de la sociedad y el lugar donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida"

15. "Las políticas familiares basadas en la esterilización masiva, en la promoción del aborto o del divorcio producen resultados dramáticos: la desintegración de la célula fundamental de la sociedad"

16. "El hombre es esencialmente un ser social; con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar"

Sobre la juventud


17. "Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo"

18. "La humanidad tiene la necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en Dios, Señor y Salvador"

19. "La juventud no está muerta cuando está cercana al maestro"

20. "Soy un joven de 83 años"

Sobre la libertad


21. "El verdadero conocimiento y la auténtica libertad se hallan en Jesús. Dejad que Jesús forme parte siempre de vuestra hambre de verdad y justicia, y de vuestro compromiso por el bienestar de vuestros semejantes"

22. "Sólamente la libertad que se somete a la verdad conduce a la persona humana a su verdadero bien. El bien de la persona consiste en estar en la verdad y en realizar la verdad"

23. "La Iglesia se dirige al hombre en pleno respeto a su libertad; propone, no impone nada; respeta las personas y las culturas, y se detiene ante el sagrario de la conciencia"

Sobre la paz


24. "Lo mismo en la época de las lanzas y las espadas que en la era de los cohetes nucleares: la primera víctima es el corazón del hombre"

25. "Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, verdad, justicia y solidaridad"

26. "Los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, abandonando cualquier forma de intolerancia y discriminación, están llamados a construir la paz"

27. "No hay paz sin justicia, no hay justicia sin perdón"

28. "¡No matéis! ¡No preparéis a los hombres destrucción y exterminio! ¡Pensad en vuestros hermanos que sufren hambre y miseria! ¡Respetad la libertad y dignidad de cada uno!"

29. "¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! Que destruye la vida de los inocentes, que enseña a matar y transtorna igualmente la vida de los que matan, que deja tras de sí un rastro de rencores y odio, y hace más difícil la solución de los problemas que la provocaron"

30. "El recurso a la fuerza constituye siempre una derrota de la humanidad"

31. "Las cuestiones controvertidas nunca deben resolverse con el recurso de las armas"

32. "El desarrollo es el nuevo nombre de la paz"

33. "La verdadera reconciliación entre hombres enfrentados y enemistados sólo es posible si se dejan reconciliar al mismo tiempo con Dios"

34. ""La auténtica religión no apoya el terrorismo y la violencia, sino que busca promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana"

35. "No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen"

36. "En nuestros días se advierte la creciente conciencia de que la paz mundial está amenazada, no sólo por la carrera de armamentos, los conflictos regionales y las injusticias que todavía existen en los pueblos y entre las naciones, sino también por la falta de respeto a la naturaleza, a la explotación desordenada de sus recursos y al progresivo deterioro de la calidad de vida"

37. "La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.


Sobre la pobreza y la solidaridad

38. "Deseo llamar la atención... Basta con mirar la realidad de la multitud ingente de hombres y mujeres, niños, adultos y ancianos; en una palabra, personas concretas e irrepetibles que sufren el peso intolerable de la miseria"

39. "Con dolor la pobreza de muchos, en contraste con la opulencia de algunos"

40. "Occidente parece inclinarse a unas formas de aislamiento creciente y egoísta"

41. "Los pobres no pueden esperar"

Sobre el perdón


42. "La espiral de la violencia sólo la frena el milagro del perdón"

43. "Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del orgulloso"

44. "Debemos perdonar siempre, recordando que nosotros mismos hemos necesitado el perdón. Tenemos necesidad de ser perdonados mucho más a menudo que de perdonar"

45. "Ningún pecado del hombre puede cancelar la misericordia de Dios"

Sobre la Iglesia Católica


46. "La Iglesia es el corazón de la humanidad"

47. "La Iglesia es la caricia del amor de Dios al mundo"

48. "Pido perdón por las injusticias infligidas a los no católicos en el curso de la atormentada historia de estas gentes; y al mismo tiempo aseguro el perdón de la Iglesia Católica por el daño que han sufrido sus hijos"

49. "La Iglesia de hoy no necesita 'cristianos a tiempo parcial', sino cristianos de una pieza"

Crítica social y política


50. "La democracia necesita de la virtud si no quiere ir contra todo lo que pretende defender y estimular"

51. "Cuando el cristianismo se convierte en instrumento del nacionalismo, queda herido en su corazón y se convierte en estéril"

52. "Los medios de comunicación han acostumbrado a ciertos sectores sociales a escuchar lo que halaga los oídos"

53. "Las deportaciones forzadas, la eliminación sistemática de pueblos y el desprecio de los derechos fundamentales de la persona son las tragedias que, desgraciadamente, aún hoy humillan a la humanidad"

54. "Cuando al hombre se le pone como medida de todas las cosas, se le convierte en esclavo de su propia finitud"

55. "Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoísmo, o incluso la inmoralidad en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad. La pureza de corazón, como toda virtud, exige un entrenamiento diario de la voluntad y una disciplina constante interior. Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración"

56. "Hasta que quienes ocupan puestos de responsabilidad no acepten cuestionarse con valentía su modo de administrar el poder y de procurar el bienestar de sus pueblos, será difícil imaginar que se pueda progresar verdaderamente hacia la paz"

Sobre la santidad


57. "La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte.

58. "Hoy más que nunca la Iglesia necesita sacerdotes santos cuyo ejemplo diario de conversión inspire en los demás el deseo de buscar la santidad a la que está llamado todo el pueblo de Dios"

Sobre la fe


59. "En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios"

60. "Dios no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados a nosotros mismos"

61. "La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua viva"

62. "La persona humana tiene una necesidad que es aún más profunda, un hambre que es mayor que aquella que el pan puede saciar: es el hambre que posee el corazón humano de la inmensidad de Dios".

63. "La universalidad de la salvación no significa que se conceda solamente a los que, de modo explícito, creen en Cristo y entraron en la Iglesia. Si es destinada a todos, la salvación en verdad debe de estar a disposición de todos"

64. "La Fe no teme a la razón. Estas son como dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerlo a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo"

65. "¡No tengáis miedo! ¡Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo!"

66. "La fe, además de conocerla, hay que vivirla"

67. "Les pido a todos, a todo el pueblo, que por lo menos dejen una ventana abierta para que Cristo entre en sus vidas"

68. "María es el modelo de un amor sin fronteras"

69. " Sin Dios la sociedad acaba deshumanizada"

70. "Dejadme ir a la casa del Padre" (sus últimas palabras)