"Ventana abierta"
HOY, EL
RETO DEL AMOR ES QUE TE PONGAS LAS GAFAS DE ESA PERSONA QUE TE INCOMODA, A LA
QUE TE SALE CRITICAR O JUZGAR
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
PARA VER…
Hace unos días fuimos tres hermanas juntas al
oculista. Entramos en la consulta y, mientras miraban a una, las demás
esperábamos.
A mi derecha se iluminaba la pantalla con las
letras en diferentes tamaños: “E, H, I, X…”. Lo veía estupendo. De hecho, me
extrañaba cuando una hermana respondía dudosa: “¿O, D, G…? No sé…”.
Llegó mi turno. Me pusieron las gafas y los
aparatos que utilizan; ahora era yo la que veía borroso, y las últimas líneas
se me hacían indescifrables. Había cambiado la distancia y las lentes eran
diferentes. No podía ver igual.
Ponernos las gafas y colocarnos a la distancia
de los demás es necesario para poder ver las letras como ellos las ven. Jesús,
cuando cura, cuando se acerca, lo hace con las gafas de la compasión.
La compasión nos hace salir de nosotros mismos,
nos ayuda a disculpar lo que vemos en los demás y juzgamos desde nuestra
posición; es atrevernos a ver borroso con ellos por lo que han vivido.
A veces pensamos que consiste en tener “pena”, pero eso nos sitúa por encima
del otro, porque esas letras “las vemos bien”.
En cambio, en la compasión, el haber visto también nosotros borroso nos hace
encontrarnos.
Cogí el Evangelio en la oración con esto en el
corazón, y me daba cuenta de que a Jesús lo mueve la compasión continuamente:
un Dios que “se conmueve hasta las entrañas”.
En tu dolor, en tus dificultades, en tu
situación… Cristo quiere ver las letras como tú las ves, aun cuando las ves
borrosas o no las entiendes, para que puedas caminar confiado en Él y recobrar
la vista.
«Señor, que se abran nuestros ojos».
Compadecido, Jesús les tocó los ojos, y al punto recobraron la vista y lo
siguieron. (Mt 20, 34)
Si su Amor es así contigo, con cada uno, ¿por
qué no pedirle su compasión hacia los que nos rodean?
Nos cambia la mirada y el corazón.
Hoy, el reto del amor es que te pongas las gafas de esa persona que te incomoda, a la que te sale criticar o juzgar. Ora por ella y pide al Señor mirarla con compasión.
VIVE DE CRISTO



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