"Ventana abierta"
LOS DIBUJOS DE LOS NIETOS
Abuela, ¿sabes que el abuelo me dijo una mentira?
— ¿Qué mentira te dijo?
Ayer le pedí que tirara todos mis dibujos viejos. Hoy, mientras buscaba un lápiz en su cajón, encontré todos mis dibujos ahí.
— ¿Le preguntaste por qué no los tiró?
Sí, y me dijo que los dibujos realmente los había tirado, pero luego una señora los encontró en la basura, los puso a la venta y él los compró de vuelta por una invitación a cenar.
— ¿En serio?
De verdad.
— Espera, creo que tengo algo aquí en mi bolsillo que podría interesarte...
¿Qué es esto?
— Es una invitación a cenar.
¿Estás bromeando? ¿Es la invitación del abuelo? ¿Tú eres la señora de la que él hablaba?
— Así es. La verdad es que el abuelo nunca tiró tus dibujos. Me los dio a mí para guardarlos, pero luego se arrepintió y me pidió que se los devolviera. Le dije que si los quería de vuelta, tendría que invitarme a cenar.
¿Pero por qué querías mis dibujos? Son feos y viejos.
— Cariño, para nosotros esos dibujos son hermosos y valiosos. Lo que creas con tus manos es una parte de ti, y eso es extraordinario. Aunque esos dibujos sean viejos y ahora seas mayor, no son feos ni tontos. Representan a un niño lleno de sueños que no se puede tirar ni olvidar. Ese niño dentro de ti merece ser protegido y amado.
Aunque no podemos detener el paso del tiempo, podemos mantener vivo a ese soñador interior, que nos pide seguir bailando incluso cuando nuestros cuerpos ya no nos lo permiten.
Siento decepcionarte, pero conservaremos esos dibujos para siempre. Si alguna vez tus abuelos olvidan cómo soñar, solo tendrán que abrir ese cajón para recordarlo.
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