"Ventana abierta"
Jesús expresa en estas líneas del evangelio su dolor por la falta de receptividad de sus más cercanos a sus signos y sus palabras. Pero es un dolor no egoísta: no es un dolor por un fracaso personal, sino que es un dolor porque ese rechazo aleja a esas personas de la salvación que Dios ofrece. Es un dolor por ellos, no por él. Este evangelio nos plantea la necesidad del discernimiento cuando nos sentimos fracasados o rechazados: ¿qué es lo que de verdad nos duele? Porque si lo que nos duele es nuestro fracaso, nuestro dolor no es el de Jesús.
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