"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El Espíritu Santo no permite que vivamos una fe individualista, porque él nos inserta en un cuerpo místico, el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, y nos regala dones para edificar ese cuerpo maravilloso donde todos somos importantes y donde nos necesitamos unos a otros (1 Corintios 12).
Mientras los criterios de este mundo nos
invitan a pensar en nosotros mismos, a acomodarnos lo mejor posible, a
desentendernos de los demás, a consumir, a comprar, a no participar, el
Espíritu Santo quiere impulsarnos siempre a la unidad.
Su impulso divino busca que todas las cosas y
todas las personas se vayan armonizando en una maravillosa unidad. Él es Amor
que une personas. Por eso, en este año somos llamados a integrarnos un poco más
en la Iglesia, a quererla más, a buscar nuevas maneras de sentirnos parte de
ella.
Ya sabemos que eso no significa que tengamos
que ser iguales en todo. El Espíritu Santo siembra dones diferentes por todas
partes y como él quiere. Por eso, donde él actúa hay variedad, riqueza,
novedad. Pero esos diferentes carismas que él derrama no nos enfrentan ni nos
dividen, sino que se complementan, se armonizan, se enriquecen unos a otros, y
nos llevan a valorarnos, a reconocernos, a estimularnos entre nosotros.
Seria bueno que frecuentemente pidiéramos la
luz del Espíritu Santo para poder descubrir los carismas, las capacidades que
él ha sembrado en cada uno de nosotros, para enriquecer a la Iglesia y al mundo
con esos dones. Así podemos experimentar el gozo de ser fecundos, de regalarle
algo más bello a este mundo, de hacer feliz a otro, de ayudarlo a crecer.
¿Qué te dio el Espíritu Santo para que ayudes a los demás a ser más buenos y más felices?
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario