"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
¿Qué es lo que no me gusta de mi ser? ¿Qué parte de mi vida siento que está desorientada o desubicada? ¿Qué es lo que trato de ocultar a los ojos de los demás? ¿Qué es lo que me cuesta reconocer de mi propio ser, eso que ni siquiera me gusta recordar?
El primer paso es invocar al Espíritu Santo
para poder verlo, y tratar de reconocerlo, mirarlo de frente. Luego, poco a
poco, aceptarlo como parte de tu vida y conversar con el Espíritu Santo sobre
eso. Si conversando con él realmente puedes decirle que quisieras liberarte de
eso, entonces ya has comenzado el camino de liberación. Sólo es necesario que
sigas pidiéndoselo cada día y que comiences a intentar dar pequeños pasos para
cambiar.
Se trata de ejercitar lo que sería la virtud
opuesta a eso que te desagrada. No te desanimes si vuelves a caer, si por cada
paso hacia adelante das uno para atrás. Eso sucederá hasta que te convenzas de
que es mejor vivir de una nueva manera y estés cómodo con esa nueva vida. Para
motivarte a dar esos pasos, es bueno que te preguntes con sinceridad: ¿Qué es lo
que quiero hacer crecer en mí? ¿Hacia dónde quiero ir? ¿Qué estilo de vida
quiero alcanzar?
Pero también es indispensable que le pidas luz
al Espíritu Santo, para que él te ayude a reconocer lo que debes ser. Nadie
sabe mejor que él lo que cada uno de nosotros tiene que llegar a ser, esa
identidad única, irrepetible, que nadie puede copiar. Por eso, es muy sano
detenerse a pedirle a él la luz para ver quién es uno en realidad y quién debe
llegar a ser:
"A ti levanto mi alma, Dios mío.
En ti confío. Que no sea confundido...
Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus
sendas.
Guíame en tu verdad, enséñame, que tú eres el
Dios de mi salvación."
Salmo 25,1-2.4-5
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario