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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

domingo, 30 de enero de 2022

Saludo y Reflexión: "Cuando unos peces rescataron la Eucaristía de un río. El milagro eucarístico de los Peces de Alboraya". Domingo, 30 - Enero - 2022

"Ventana abierta" 

Cuando unos peces rescataron la Eucaristía de un río

El milagro eucarístico de los Peces de Alboraya

UN PASO AL DÍA

Los católicos creemos firmemente que Jesús está realmente presente con todo su cuerpo, sangre, alma y divinidad en la Santa Eucaristía. Y parece que a Dios también le gusta que el resto de su creación conozca de este maravilloso milagro. ¡Hasta los peces!

EL DÍA DE JULIO DE 1348 ESTABA TORMENTOSO EN ALBORAYA, PO­BLADO DE LA REGIÓN DE VALENCIA (ESPA­ÑA). NUMEROSOS RELÁMPAGOS, SEGUI­DOS DE TRUENOS ATERRADORES, ACEN­TUABAN EL PELIGRO DEL FUERTE AGUACE­RO. AHÍ ESTABA SENTADO JUNTO A LA VENTANA, EL PÁ­RROCO, QUE PREPARABA EL SERMÓN DE LA MISA DOMINICAL, CONFIADO EN QUE LA INCLE­MENCIA DEL TIEMPO LO LIBRARÍA DE INTE­RRUPCIONES. PERO NO FUE ASÍ Y LA INTERRUPCIÓN SE CONVIRTIÓ EN LO QUE LUEGO SE LLAMÓ EL MLAGRO EUCARÍSTICO DE “DELS PEIXETS”.

EL CURA ES LLAMADO A DAR LA COMUNIÓN A UN MORIBUNDO

En un día de primavera, que por los cómputos hechos debió corresponder al 10 de junio de 1348, el cura párroco de Alboraya, pequeño lugar inmediato a Valencia, fue requerido por varios vecinos de Almácera pueblecito habitado por moriscos, para llevar el viático a un judío converso llamado Masamardá, (nombre que hoy en día es conocido por todos al haberlo aplicado a una partida del término municipal de Alboraya para mejor conservarlo y recordarlo), que se hallaba en peligro de muerte.

El padre de almas estuvo pronto dispuesto para ejercer su sagrado ministerio. Se revistió de sobrepelliz y estola; del fondo del tabernáculo extrajo un coborrio -especie de arquilla con cadena que se colgaba pendiente del cuello, y que anterioridad al Concilio de Trento usaban los sacerdotes cuando tenían necesidad de administrar la comunión fuera de la iglesia-; colocó en el interior del mismo tres Formas consagradas, montó en una mula y, acompañado del sacristán y de varios devotos que se presentaron voluntariamente, tomó el camino de Almácera.

LAS FORMAS SE CAEN AL ARROYO

Los términos municipales de Alboraya y Almácera se hallaban separados por el barranco de Carraixet. El puente que lo atraviesa fue construido bien entrado el siglo. En el momento histórico que comentamos, el paso de una a otra población había de hacerse necesariamente vadeando las aguas del barranco, cosa siempre molesta, y en época de lluvias, extremadamente peligrosa.

En aquella ocasión venia el Carraixet tan crecido, con tanta violencia se deslizaban las aguas, que cuando el sacerdote portador del Viático fue a vadearlo, el ímpetu de la corriente le derribó de la cabalgadura que montaba, yendo a parar al fondo del agua, juntamente con la arquilla y las sagradas Formas.

Escapó el cura hecho una sopa, como Dios le dio a entender, de tan apurado trance, y mohíno y contrapuesto retornó a Alboraya para dar cuenta a sus feligreses de lo sucedido, lo que obligo a aquellos a efectuar las más activas diligencias para el cobro de tan estimables prendas.

HALLAN LOS PECES CON LAS FORMAS EN LA BOCA

Efecto del interés con que llevaron a cabo la empresa fue dar con la arquilla, más no así con las Formas, que por haberse abierto aquella, habían ido a parar, sin duda, al fondo del barranco. Los vecinos de Alboraya, en lugar de desanimarse, redoblaron sus esfuerzos; bordeando las orillas del Carraixet llegaron hasta su desembocadura en el mar, y en la lengua de agua donde acaba su reflujo, vieron con asombro tres grandes peces que, con las cabezas levantadas, mostraban en sus bocas las Formas que tan afanosamente venían buscando.

Atónitos quedaron los piadosos labradores a la vista de tan portentoso milagro; postrados de hinojos adoraron a Dios, y acto seguido corrieron hacia el pueblo para dar cuenta al señor cura de lo que sucedía. Este, con sobrepelliz, estola y capa pluvial, acudió con cuanta premura le fue posible. Tan pronto como alcanzó a ver el sobrenatural espectáculo, se llegó de rodillas hasta los peces, que permanecían inmóviles, los que, alargando la cabeza, uno detrás de otro, fueron depositando su preciosa carga en un hermoso cáliz que doña Teresa Gil de Vidaurre, tercera esposa del rey D. Jaime el conquistador, había regalado a la iglesia de Alboraya.

Una vez recibido el augusto Sacramento con la veneración y alegría, acompañado de sus feligreses, el sacerdote protagonista de este suceso dio la vuelta hacia el pueblo.

Consumió las Formas en una solemne misa que celebro a continuación, y a la terminación de ésta, dio cuenta del milagro sucedido a D. Hugo de Fenollet, el prelado que regentaba por aquel entonces la diócesis Valentina; quien, ante notario eclesiástico, mandó formar la correspondiente prueba, que confirmaron más tarde Escolano, Ballester y otros cronistas regnícolas que se inspiraron en el proceso original instruido en el año 1349.

El copón de tan singular maravilla se conserva aún hoy como perpetuo recuerdo del milagro, y para hacer nacer la fe en los corazones de quienes no creen, han grabado en él esta frase feliz: ¿Quién negará de este Pan el Misterio, cuando un mudo pez nos predica la fe?

En el lugar del milagro se erigió una ermita que lleva el nombre de “Ermita dels Peixets”en lengua valenciana, que significa en castellano “Ermita de los pececitos”, cuya imagen se muestra abajo. Junto a la Ermita, situada a tan sólo unos 4 kilómetros de la ciudad de Valencia, existe además un pequeño parque en la actualidad.

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