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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

sábado, 16 de agosto de 2025

RINCÓN PARA ORAR. "MI CORAZÓN, ARDE EN AMOR". Sábado, 16 - Agosto - 2025

"Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR


SOR MATILDE

MI CORAZÓN, ARDE EN AMOR

49 « He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!

50 Con un bautismo tengo que ser bautizado y ¡qué angustiado estoy hasta que se cumpla!

51 « ¿Creéis que estoy aquí para dar paz a la tierra? No, os lo aseguro, sino división.

52 Porque desde ahora habrá cinco en una casa y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres;

53 estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.» (Lc. 12, 49-53)

Toda la creación está llena del amor de Dios, pues, no otra cosa le movió a hacer a cada criatura: todos llevan su impronta. Y, en el hombre, su creación más mimada, le imprimió su imagen y semejanza haciéndolo capaz de recibir la vida divina, de forma eminente. Pero, hubo una creación extraordinaria que Dios mismo se reservó para Sí y esta fue el Cuerpo de Jesús, su Humanidad divina, en quien tuvo sus complacencias.

Y es que la Persona de Jesús era Dios mismo, habitando en un Cuerpo y, si Él es el Amor, nada había en su pensar y obrar que no fuera todo dirigido y empapado por ese Amor. De aquí que de la abundancia de su ser declarara abiertamente a sus discípulos que ¡era Fuego de Amor que quería prender en llama viva a la tierra entera y hacer arder todos los corazones en ÉI! Fuego y Celo en Dios se identifican y así pudo decir también: “¡el Celo de tu casa me devora!”.

En Dios, en Jesús, los excesos no son mensurables. Todos se salen de madre y se desbordan. Así como cuando habló de su Bautismo de Sangre dice: “¡sufro angustias hasta que se cumpla”. “La angustia de Dios”, la que tuvo en Jesús, le hizo sudar sangre en Getsemaní. No esperó el Señor a derramarla en su Pasión, si no que se anticipó en el Huerto de los Olivos para hacernos comprender que su deseo de este bautismo era excesivo, como lo era su Amor.

¿Quién podrá sumergirse en esta corriente impetuosa y seguir al Maestro, al menos en la más mínima ansia de dar la vida por nosotros y de salvarnos del pecado y de la muerte cruel que a todos nos quería anegar en su aniquilamiento? Y, sin embargo, el Espíritu Santo nos invita a ello: “tened los mismos sentimientos de una vida en Cristo Jesús, el cual, siendo Dios se despojó de su rango y se humilló hasta la muerte en Cruz”. ¡Y nosotros igual, según la fuerza que Dios nos dé!

Si el fuego del Amor de Dios está siempre en la tierra y a la puerta de cada corazón, ¿qué necesita Jesús para entrar en cada uno, sino que le abramos con nuestro permiso: “estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”(Apoc. 2,20). ¡El respeto de Dios para con la libertad del hombre es impresionante! Porque también puso un “si” condicional ante su morar en nosotros: “si alguno me ama, lo amará mi Padre y lo amaré Yo y vendremos a Él y haremos morada en él”. ¡Nos suplica que lo amemos, porque tras este acto trascendente hay una promesa desorbitada de vida eterna!

Pero su Amor, como “signo de contradicción”, hará que los hombres se dividan: o con Jesús, o en contra de ÉI: “en una misma casa, por la carne y la sangre, estarán divididos”. Pero no así en su Iglesia de fieles, pues “todos tendrán un mismo pensar y un mismo sentido en Cristo Jesús”…

¡Señor Jesús, que, “a fuerza de amor humano, me abrase en amor divino”!

¡Ven Espíritu Santo y haz tu obra de Amor en nuestro corazón! ¡Amén! ¡Amén!

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