"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Tenemos que decir que las tres Personas de la Trinidad habitan en nosotros porque están permanentemente dándonos la vida. Así viven en nosotros como el Creador en su criatura amada. Pero cuando estamos en gracia de Dios esa presencia es mucho más maravillosa, porque habitan en nosotros como Amigos, y todo lo bueno que podamos hacer nos va acercando cada vez más a una intimidad amorosa con Dios, a un conocimiento profundo, a la vida eterna.
Además, cuando estamos en gracia de Dios, podemos decir que de un modo especial habita en nosotros el Espíritu Santo, que es el "dulce huésped del alma". Porque cuando estamos transformados por la gracia, el Padre y el Hijo están derramando en nuestra intimidad el Espíritu Santo, que experimentamos en la vivencia del amor.
Por ejemplo, cada vez que confesamos nuestros pecados, o recibimos la
Eucaristía, lo más importante que se derrama en nosotros junto con la gracia es
el amor, y así, movidos por la gracia, podemos hacer actos de amor cada vez más
bellos. Ese amor está particularmente unido al Espíritu Santo, y es un reflejo
de lo que es el puro amor. Por eso podemos decir que el Espíritu Santo habita
en nosotros de un modo especial, y que en los Sacramentos lo recibimos a él de
una forma particular.
Reflexión y oración de Pascua
Hoy celebramos el misterio más grande de
nuestra fe: ¡Jesús ha resucitado! La Pascua no es solo un recuerdo, es una
invitación a vivir como personas nuevas. El Espíritu Santo nos impulsa a dejar
atrás nuestras tumbas personales: la tristeza, el miedo, el egoísmo o la
desesperanza. La resurrección de Jesús nos muestra que el amor es más fuerte
que la muerte y que la última palabra la tiene siempre Dios. ¡Estamos hechos
para la vida, para la luz, para la alegría!
Pidamos al Espíritu Santo que nos haga testigos
vivos de esta buena noticia. Que podamos irradiar con nuestra vida la paz, la
esperanza y la alegría que brotan de la Pascua. Que cada día vivamos como
resucitados, agradecidos por el amor de Dios y decididos a amar como Él nos
ama.
Oración
"Espíritu Santo, hoy me lleno de alegría
porque Jesús ha resucitado. Gracias por esta Pascua, por la vida nueva que nos
regalas. Te alabo y te doy gracias por el amor del Padre, por la victoria de
Jesús y por tu presencia en mí.
Te pido que renueves mi corazón, que me saques
de toda oscuridad y me hagas vivir como una persona nueva. Que tu luz disipe
mis miedos, que tu fuerza me ayude a perdonar, que tu amor me lleve a servir.
Gracias por las personas que amo, por los que
me acompañan en el camino de la fe. Gracias por existir, Señor, y por quedarte
con nosotros.
Jesús ha resucitado, y con Él resucito también yo. ¡Aleluya!"
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 20 de abril
Amén".
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