"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Puede suceder que a lo largo de una oración descubramos que la causa de nuestros miedos es una mala experiencia que hemos tenido y que está siempre reapareciendo en nuestros recuerdos. Entonces, tendremos que detenernos cada día a pedir al Espíritu Santo que sane ese recuerdo, que derrame su poder, que nos regale una firme confianza para que esa herida sane y cicatrice. Algo que puede ayudarnos, es atrevernos a revivir con la imaginación la escena en que tuvimos un fuerte dolor, y hacer presente a Cristo en ese momento abrazándonos, rescatándonos, liberándonos de ese problema, arrancándonos de ese lugar.
Y si no conocemos la raíz profunda, la causa de nuestros temores, pidamos al Espíritu Santo que él se apodere de nuestro grito interior que no sabe expresarse, que él se exprese de un modo liberador. Porque "el Espíritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, ya que nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables" (Romanos 8, 26).
Oración de meditación inspirada en la reflexión del miércoles 12 de febrero de 2025
“Espíritu Santo, hoy vengo ante ti con mi corazón herido, con recuerdos que aún me duelen y miedos que no sé cómo sanar. Solo tú puedes derramar tu luz sobre mi historia y transformar el dolor en paz.
Ven y toca las heridas de mi alma, aquellas que sigo cargando sin darme cuenta. Entra en mi memoria, sana los momentos difíciles, abrázame en cada escena de sufrimiento y muéstrame que nunca estuve solo.
Si no alcanzo a comprender lo que me inquieta, intercede por mí con tu amor infinito. Llena mi ser con la confianza de que, en ti, todo dolor encuentra consuelo y toda herida puede sanar.
Ven, Espíritu Santo, libérame, renueva mi vida y hazme vivir con alegría.
Amén”.
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario