"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Creemos que por la gracia del Señor Jesús
seremos salvos.
Hechos 15: 11
Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos
con Dios.
2 Corintios 5: 20
Reconciliarse con Dios
En todas las épocas, los hombres han tratado de
apaciguar la ira de los dioses y ganar su favor cumpliendo ciertos ritos u
ofreciéndoles sacrificios. La Biblia muestra que el hombre no puede
reconciliarse con Dios por medio de obras meritorias, pero que Dios mismo pagó
todo el precio para reconciliarnos con él.
Dios siempre amó a su criatura. Su amor es
eterno e invariable. Debido a nuestra desobediencia y rebelión contra él,
tendría que habernos alejado definitivamente de su presencia. Pero, al
contrario, con bondad invita a todos los hombres a encontrar el camino de la
paz. Jesucristo, perfectamente obediente y sumiso a Dios, sufrió el castigo que
nosotros merecíamos. “El castigo de nuestra paz fue sobre él” (Isaías 53:
5). Jesús hizo “la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1: 20). Dios
pagó un precio infinitamente alto para reconciliarnos con él: dio a su Hijo.
Lejos de ser un Dios vengativo, como muchos creen, es un Dios salvador, un Dios
perdonador, el Dios de paz. Y ofrece esta paz a todos los que creen en él. Con
ella colma el corazón de todo el que reconoce, con una actitud de
arrepentimiento, su oposición más o menos abierta a Dios, quien, sin embargo,
ama al pecador.
Reconcíliese con Dios. Acepte hoy con fe
estas palabras del Señor Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy” (Juan 14:
27), y será liberado del odio y de la violencia, ¡hasta el punto de poder amar
a sus enemigos!
“En tiempo aceptable te he oído, y en día de
salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el
día de salvación” (2 Corintios 6: 2).
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