"Ventana abierta"
HOY, EL
RETO DEL AMOR ES QUE ENCIENDAS UNA VELA Y QUE EN ESE GESTO PONGAS TU ESPERANZA
EN JESÚS
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
ADVIENTO A RITMO DE CERILLA
Ayer comenzó el Adviento y me tocaba encender
la primera vela de la corona, es un momento especial.
Iba a coger un mechero eléctrico porque es
práctico y eficaz, pero al verlo junto a una caja de cerillas opté por cogerla,
me encanta encender cerillas.
Mientras cantábamos el himno de vísperas, me
acerqué al altar. Roce la cerilla contra la caja: ese olor a fósforo, cargado
de recuerdos, y la pequeña llama que nació ante mí… anunciaban el comienzo del
Adviento.
Me impresionó el momento. Encender con una
cerilla fue significativo: ver nacer la luz, acercarla con cuidado, contemplar
cómo la vela la acogía hasta quedar encendida. Es menos práctico, menos rápido,
pero gracias a ello pude saborear el gesto, sentir su importancia y lo que
realmente estaba haciendo.
Encender una vela con cerilla exige estar
presente, sin prisa.
Un gesto sencillo que se convierte en oración, que da sentido.
Este tiempo es, en realidad, un “tiempo de
cerilla”: un tiempo para saborear cada instante desde la Esperanza; para vivir
cada semana, abriendo el corazón al Misterio de la Navidad.
En el Monasterio cambiamos el ritmo: las
comidas, las visitas, el silencio… Todo lo que supone “salir hacia afuera” se
detiene; es momento de mirar hacia dentro, de dejarnos “rozar” por la caja de
cerillas para que realmente se encienda nuestra vida con la Luz de Cristo.
Sin embargo, sé que fuera ocurre lo contrario:
a pesar de ser un tiempo “de cerilla”, el ritmo parece acelerarse como un
mechero que lanza un rayo. Compromisos, cenas, celebraciones, prisas… y sin
darte cuenta llega la Navidad.
Ayer tuve que decidir: coger la caja de
cerillas. Y mereció la pena. Te invito a que optes por ello, para que puedas
acoger en tu interior todo lo que este tiempo tiene preparado para ti.
“El pueblo que caminaba en tinieblas vio una
gran luz…” Is 9, 1-5
Hoy, el reto del amor es que enciendas una vela
y que en ese gesto pongas tu Esperanza en Jesús.
Preséntate ante el Adviento “a ritmo de cerilla”: despacio, atento, dejando que la Luz verdaderamente nazca en ti.
VIVE DE CRISTO




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