"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
En el movimiento de atracción que realiza el Espíritu Santo, él va reformando nuestro ser enfermo y nos va haciendo cada vez más parecidos a Jesús; va logrando que nuestra forma de pensar, de actuar, de reaccionar, de mirar, sea cada vez más parecida a la de Jesús, hasta que podamos decir: "ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí" (Gálatas 2,20).
Y si esto es así, el Espíritu va despertando en mi corazón la fascinación que tenía Jesús por el Padre Dios, su amor y su admiración por el Padre. Por eso, el Espíritu nos hace clamar Padre junto con Jesús (Gálatas 4,6; Romanos 8,15).
El Espíritu Santo, que es inseparable del Padre y del Hijo, y que todo lo recibe de ellos, está siempre pendiente de ellos dos como un infinito enamorado; por eso, no nos hace quedar en su Persona, sino que desea imperiosamente llevarnos a Jesús y al Padre.
Oración de meditación inspirada en la reflexión del Miércoles 12 de marzo de 2025
“Espíritu Santo, dulce huésped del alma, entra en lo más profundo de mi ser y transfórmame. Sana mi corazón de todo lo que me aleja de Jesús y hazme cada día más semejante a Él en mis pensamientos, en mis palabras y en mis acciones.
Inflama en mí el mismo amor que Jesús sentía por el Padre, para que pueda vivir con la alegría de saberme hijo amado. Enséñame a clamar ‘Padre’ con confianza, con ternura, con total abandono en Sus manos.
Llévame siempre hacia Cristo, condúceme a su amor infinito y ayúdame a reflejar
su presencia en mi vida. Que mi ser entero se convierta en un testimonio vivo
de que ‘ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí.’
Amén”.
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario