"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Respondió Dios a Moisés: Yo soy el que soy. Y
dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me envió a vosotros.
Éxodo 3: 14
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo:
Antes que Abraham fuese, yo soy.
Juan 8: 58
¿Es una falta de gramática?
El primer versículo de hoy es sorprendente. En
español correcto deberíamos decir más bien: “Soy el que es”. Fue precisamente
así como algunos traductores de la Biblia tradujeron el texto original. Pero
otros prefirieron, aunque pareciese una falta de gramática, guardar la
precisión de la idea expresada en hebreo. Dios se revela como aquel que se
llama “Yo soy”, es decir, el Ser que existe fuera de toda noción de tiempo.
Esto es inconcebible para nosotros, seres creados, y totalmente ajeno al
pensamiento humano. Sin embargo, Dios no quiso permanecer inaccesible. Moisés
debía decir a su pueblo: “Yo soy me envió a vosotros”. Y más tarde tendría que
transmitirles la ley divina.
Pero el hombre no pudo respetar esta ley;
entonces Dios envió otro intermediario: “La ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo” (Juan 1: 17).
Cuando Jesús se presentó, no dijo: “Antes que Abraham fuese, yo era”, sino que
empleó el presente: “Yo soy”. Esta similitud de lenguaje subraya el hecho
de que él es Dios, Dios Hijo, Dios “manifestado en carne” (1 Timoteo 3:
16) para salvar a su criatura.
Un Dios tan grande quiso revelarse a su
criatura. Aquel que “es Dios sobre todas las cosas, bendito por los
siglos” (Romanos 9: 5), vivió como hombre en la tierra para ser accesible
al ser humano. ¡Esto es incomprensible y maravilloso a la vez! Pero el creyente
lo recibe con felicidad y adora a ese gran Dios que le manifestó su amor.
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