"Ventana abierta"
Una fábula corta sobre la
autoestima y el valor de cada uno
Jorge Bucay
No dejes pasar esta
maravillosa fábula budista, ‘El
valor de las cosas’, una
historia breve que cambiará tu percepción sobre tu interior. En muchos momentos
nos derrumbamos y llegamos a pensar que no valemos lo suficiente por algo que
escuchamos decir. Nuestra autoestima baja y con ello, entristecemos. Con esta
fábula, entenderás que en realidad
no importa lo que los demás piensen de ti. Ninguno posiblemente consiga darse
cuenta de tu verdadero valor. Solo lo hará aquel que te conozca de verdad.
La importancia de descubrir El valor de las
cosas, una increíble fábula budista para pensar
‘El valor de las cosas’, una
fábula budista sobre la autoestima
Cuentan que un joven visitó un día a un sabio maestro del budismo. Necesitaba entender
por qué se sentía tan poco valorado.
– Maestro- le dijo- siento que no valgo nada,
que nadie me valora. Siento que soy un auténtico inútil en la vida.
El maestro se
incorporó y respondió:
– Cuánto lo siento, muchacho… pero antes de ayudarte, necesito resolver un
problema y tú puedes ayudarme. Después, te ayudaré a ti.
El joven volvió a sentirse mal. De nuevo postergaban su problema… se
sentía menos valorado aún, pero no podía negarse a ayudar al maestro.
– De acuerdo- le dijo.
Entonces, el sabio se quitó un anillo pequeño que
llevaba en el dedo meñique y se lo dio, diciendo:
– Toma este anillo. Necesito que lo vendas en el pueblo. Puedes usar mi
caballo para llegar antes. Pero no lo vendas por menos de una moneda de
oro.
El joven hizo lo que el maestro le pidió: cabalgó hasta el pueblo e
intentó vender el anillo en el mercado. Pero todos se reían de él.
– ¿Una moneda de oro por esto? ¡Vamos, muchacho, que el oro vale mucho y
tu anillo no debe costar más de una moneda de plata…como mucho!
Un anciano se apiadó de él y le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre a
cambio, pero la consigna era clara, y no quiso vender el anillo por menos de una
moneda de oro. Al final del día, desesperanzado, regresó a la casa del maestro
con el anillo.
El valor de las cosas: cuánto valía el anillo
– Lo siento… nadie quiso darme una moneda de oro por él.
Y el sabio le dijo:
– Vaya, no importa… Tal vez primero debamos saber cuánto vale en realidad, ¿no crees? Así sabremos qué
pedir por él. Toma el anillo de nuevo y visita al joyero del pueblo. Que te
diga cuánto pagaría por él. Es experto en oro y sabrá con exactitud lo que vale
este anillo. Pero no se lo vendas. Vuelve para contarme qué te dijo…
El muchacho hizo lo
que el maestro le pidió.
El joyero sacó su lupa y estuvo observando el anillo
con detenimiento. Después, levantó la cabeza y dijo:
– Dile a tu maestro,
que le daré 57
monedas de oro por él…
– ¡57 monedas de oro!- exclamó el joven entusiasmado.
– Sí, sé que es poco… con el tiempo podríamos sacar hasta 70 monedas de
oro, pero si tiene prisa por venderlo, es lo que le puedo dar.
El joven regresó muy contento a la casa del maestro
y al llegar le dijo:
– ¡Maestro! ¡El anillo vale muchísimo! ¡57 monedas de oro!
Y el sabio asintió sonriendo. Luego le dijo:
– Lo mismo sucede contigo. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. No todos van a valorar lo que realmente vales. Solo aquellos
que puedan verte de verdad, aquellos que como el joyero, sepan valorar.
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?
No le
des importancia a lo que piense el resto.
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.
MORALEJA: «NO
TODOS SABRÁN VALORARTE. SOLO AQUELLOS QUE REALMENTE TE CONOZCAN»
Qué valores puedes trabajar con la fábula ‘El valor de las cosas’
Con esta fábula budista puedes trabajar:
– La confianza y autoestima.
– El verdadero valor de las cosas.
– La fortaleza interior.
Reflexiones sobre esta fábula budista para adolescentes y adultos
Sin duda, muchas veces nos dejamos llevar por lo que dicen los
demás de nosotros y pocas veces nos paramos a pensar: ¿de verdad me
conocen?
– No hagas caso a las opiniones de quien no te conoce: al
igual que la gente del mercado en esta fábula, en numerosas ocasiones
escucharás críticas, comentarios feos, frases y pensamientos despectivos
de ti. Pero no dejes que te afecten. Recuerda esta fábula y piensa… ‘bien, esta
gente es como las personas de la fábula del Valor de las cosas… no conocen
realmente mi valor. Acude siempre a aquellos que sí son capaces de valorarte de
verdad, que son las personas que te conocen o que tienen esa virtud de
contemplar la profundidad de las cosas y hallar el verdadero valor de lo
esencial.
– Lo importante es que tú sepas lo que vales: El
maestro de esta historia sabía que su anillo era
muy valioso. Y que la mayoría de personas no pensarían lo mismo. Pero bastaba
con que él conociera el valor de ese anillo para que se sintiera orgulloso de
él. No le importaba lo que el resto pensara. Solo le importaba lo que el
experto en anillos considerara, ya que era el único capaz de valorar de verdad
su pertenencia. Lo mismo sucede con cada uno de nosotros.
Lo importante es que cada cual sea capaz de valorarse como debe. Y que
aquellos que sí le conocen puedan hacerlo. En realidad todos somos valiosos y
solo necesitamos conocernos y valorar nuestras habilidades y dones.
Otra reflexión sobre esta fábula
– Por qué ayudar a otros nos
ayuda: ¿te diste cuenta de que en realidad el joven que ayudó al
maestro terminó ayudándose a sí mismo? Otra de las lecciones que el maestro
quiso darle es esa. Cada vez que ayudamos a otra persona, además de sentirnos útiles
y felices, tal y como se sintió el joven después de acudir al joyero, en el
fondo también nos ayudamos a nosotros mismos. El muchacho se sintió de pronto
valioso. ¡Acababa de ayudar al maestro! Conseguir que otra persona sea más
feliz, nos hace más felices a nosotros.
Extraído de “Tu cuento favorito”
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