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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 7 de julio de 2020

Una fábula corta sobre la autoestima y el valor de cada uno. Martes, 7 - Julio - 2020

"Ventana abierta"


Una fábula corta sobre la autoestima y el valor de cada uno
Jorge Bucay


No dejes pasar esta maravillosa fábula budista, ‘El valor de las cosas’, una historia breve que cambiará tu percepción sobre tu interior. En muchos momentos nos derrumbamos y llegamos a pensar que no valemos lo suficiente por algo que escuchamos decir. Nuestra autoestima baja y con ello, entristecemos. Con esta fábula, entenderás que en realidad no importa lo que los demás piensen de ti. Ninguno posiblemente consiga darse cuenta de tu verdadero valor. Solo lo hará aquel que te conozca de verdad.
La importancia de descubrir El valor de las cosas, una increíble fábula budista para pensar
‘El valor de las cosas’, una fábula budista sobre la autoestima

Cuentan que un joven visitó un día a un sabio maestro del budismo. Necesitaba entender por qué se sentía tan poco valorado.

– Maestro- le dijo- siento que no valgo nada,  que nadie me valora. Siento que soy un auténtico inútil en la vida.

El maestro se incorporó y respondió:
– Cuánto lo siento, muchacho… pero antes de ayudarte, necesito resolver un problema y tú puedes ayudarme. Después, te ayudaré a ti.

El joven volvió a sentirse mal. De nuevo postergaban su problema… se sentía menos valorado aún, pero no podía negarse a ayudar al maestro.

– De acuerdo- le dijo.

Entonces, el sabio se quitó un anillo pequeño que llevaba en el dedo meñique y se lo dio, diciendo:
– Toma este anillo. Necesito que lo vendas en el pueblo. Puedes usar mi caballo para llegar antes. Pero no lo vendas por menos de una moneda de oro.

El joven hizo lo que el maestro le pidió: cabalgó hasta el pueblo e intentó vender el anillo en el mercado. Pero todos se reían de él.

– ¿Una moneda de oro por esto? ¡Vamos, muchacho, que el oro vale mucho y tu anillo no debe costar más de una moneda de plata…como mucho!

Un anciano se apiadó de él y le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre a cambio, pero la consigna era clara, y no quiso vender el anillo por menos de una moneda de oro. Al final del día, desesperanzado, regresó a la casa del maestro con el anillo.

El valor de las cosas: cuánto valía el anillo

– Lo siento… nadie quiso darme una moneda de oro por él.

Y el sabio le dijo:
– Vaya, no importa… Tal vez primero debamos saber cuánto vale en realidad, ¿no crees? Así sabremos qué pedir por él. Toma el anillo de nuevo y visita al joyero del pueblo. Que te diga cuánto pagaría por él. Es experto en oro y sabrá con exactitud lo que vale este anillo. Pero no se lo vendas. Vuelve para contarme qué te dijo…

El muchacho hizo lo que el maestro le pidió. 
El joyero sacó su lupa y estuvo observando el anillo con detenimiento. Después, levantó la cabeza y dijo:
– Dile a tu maestro, que le daré 57 monedas de oro por él…

– ¡57 monedas de oro!- exclamó el joven entusiasmado.
– Sí, sé que es poco… con el tiempo podríamos sacar hasta 70 monedas de oro, pero si tiene prisa por venderlo, es lo que le puedo dar.

El joven regresó muy contento a la casa del maestro y al llegar le dijo:
– ¡Maestro! ¡El anillo vale muchísimo! ¡57 monedas de oro!

Y el sabio asintió sonriendo. Luego le dijo:
– Lo mismo sucede contigo. Tú eres como este anillo: una joya única y valiosa. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. No todos van a valorar lo que realmente vales. Solo aquellos que puedan verte de verdad, aquellos que como el joyero, sepan valorar. 
¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? 
No le des importancia a lo que piense el resto.
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

MORALEJA: «NO TODOS SABRÁN VALORARTE. SOLO AQUELLOS QUE REALMENTE TE CONOZCAN»

Qué valores puedes trabajar con la fábula ‘El valor de las cosas’

Con esta fábula budista puedes trabajar:
– La confianza y autoestima.
– El verdadero valor de las cosas.
– La fortaleza interior.

Reflexiones sobre esta fábula budista para adolescentes y adultos

Sin duda, muchas veces nos dejamos llevar por lo que dicen los demás de nosotros y pocas veces nos paramos a pensar: ¿de verdad me conocen?
– No hagas caso a las opiniones de quien no te conoce: al igual que la gente del mercado en esta fábula, en numerosas ocasiones escucharás críticas, comentarios feos, frases y pensamientos despectivos de ti. Pero no dejes que te afecten. Recuerda esta fábula y piensa… ‘bien, esta gente es como las personas de la fábula del Valor de las cosas… no conocen realmente mi valor. Acude siempre a aquellos que sí son capaces de valorarte de verdad, que son las personas que te conocen o que tienen esa virtud de contemplar la profundidad de las cosas y hallar el verdadero valor de lo esencial.
– Lo importante es que tú sepas lo que vales: El maestro de esta historia sabía que su anillo era muy valioso. Y que la mayoría de personas no pensarían lo mismo. Pero bastaba con que él conociera el valor de ese anillo para que se sintiera orgulloso de él. No le importaba lo que el resto pensara. Solo le importaba lo que el experto en anillos considerara, ya que era el único capaz de valorar de verdad su pertenencia. Lo mismo sucede con cada uno de nosotros.

Lo importante es que cada cual sea capaz de valorarse como debe. Y que aquellos que sí le conocen puedan hacerlo. En realidad todos somos valiosos y solo necesitamos conocernos y valorar nuestras habilidades y dones.

Otra reflexión sobre esta fábula

– Por qué ayudar a otros nos ayuda: ¿te diste cuenta de que en realidad el joven que ayudó al maestro terminó ayudándose a sí mismo? Otra de las lecciones que el maestro quiso darle es esa. Cada vez que ayudamos a otra persona, además de sentirnos útiles y felices, tal y como se sintió el joven después de acudir al joyero, en el fondo también nos ayudamos a nosotros mismos. El muchacho se sintió de pronto valioso. ¡Acababa de ayudar al maestro! Conseguir que otra persona sea más feliz, nos hace más felices a nosotros.

Extraído de “Tu cuento favorito”

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