"Ventana abierta"
Rincón para orar
Sor Matilde
CUANDO SE LLEVEN AL ESPOSO AYUNARÁN
14 Entonces se le acercan los discípulos de
Juan y le dicen: « ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos
no ayunan? »
15 Jesús les dijo: « Pueden
acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos?
Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
16 Nadie echa un remiendo
de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo añadido tira del vestido, y
se produce un desgarrón peor.
17 Ni tampoco se echa vino
nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el vino se
derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se echa en
pellejos nuevos, y así ambos se conservan. » (Mt. 9, 14-17)
Los discípulos de Juan Bautista están intrigados de la
actitud de Jesús acerca del ayuno que estaba prescrito en la Antigua Ley y que
había salvado y estaba salvando y “justificando” a muchos judíos… Ven a sus primeros
discípulos que no ayunan, sino “a comer y beber” y le piden una explicación…
Jesús trae algo “Nuevo” y como tal, que deja inservible
lo “Antiguo”, requiere una catequesis… El ha venido a enseñarnos este camino
nuev0 que no destruye el Antiguo, sino que lo sobrepasa por el Amor que viene
de Dios…
El pueblo judío, el pueblo de Dios, quiere con sus
prácticas del ayuno y demás prescripciones hacerse “propicio a Dios”, para que
“los acepte como sus íntimos”… Pero la gran Revelación es que es Dios quién se ha
acercado al hombre, ¡tanto!, ¡tanto! que “nos ha enviado a su propio Hijo, en
una carne como la nuestra”… ¡Éste sí que es el Hombre, Mediador de los hombres,
ante Dios y nosotros!…
Los judíos querían que Jesús adaptara su doctrina a la
ley de Moisés y Jesús les pone dos ejemplos muy de la vida ordinaria:
A nadie, que sepa un poco de costura, se le ocurre
“echar un remiendo de paño sin remojar en un manto viejo, porque el paño tira
del manto y lo rompe; o echar vino nuevo en odres viejos, porque estos revientan
y se pierde el vino”… Lo nuevo necesita receptáculos nuevos. “Lo viejo ha
pasado, lo Nuevo ha comenzado” y también: “Ahora hago Nuevas todas las cosas”…
Y así también se lo dijo Jesús a Nicodemo: “tienes que nacer de nuevo” y
después, le remite al Espíritu Santo que es el que hace posible estas cosas,
¡que a nuestra razón, le parece, algo extraño e insensato!…
Ahora está Jesús entre sus discípulos, el Hombre Nuevo,
el Esposo Nuevo y “los amigos del novio, se gozan de estar con Él… ¿Cómo van a
pensar en ayunos y luto si “sus Palabras, son Espíritu y Vida”?... ¡Si están a
deleitarse cuando les habla de las cosas del cielo, de dónde ha venido del
Padre!… ¡Y de la vida del cielo!... ¿Cómo ayunar si lo que nos trae Jesús es
para hacer fiesta?…
¡Ay, pero llegará el día en que, el pecado del hombre,
les arrebate al Novio, lo lleven a la cruz y lo maten!... “Entonces ayunarán y
harán luto”, porque su dolor les hará amargo hasta el pan que comen…
Mas la Palabra de Jesús siempre se cumple, a pesar del
estorbo de los hombres, y Jesús Resucitó, para mostrarnos que “Si vivimos con
Él, reinaremos y resucitaremos con Él”, con tal que le amemos y le sigamos
fielmente… ¡Así les sucedió a los Apóstoles y a los primeros discípulos y así
nos sucederá a nosotros, porque lo amamos y seguimos su Palabra!…
¡Señor, que sepamos, por tu Espíritu Santo, “ayunar” “a
tiempo” y “alegrarnos” y “hacer fiesta” también “a tiempo”, cuando tu designio
de Amor así lo disponga!…
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