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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

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Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

jueves, 9 de mayo de 2019

Santa Luisa de Marillac. Jueves, 9 - Mayo - 2019

"Ventana abierta"


Santa Luisa de Marillac: 
La benéfica institución de las Hermanas de la Caridad


Monjitas de la Caridad,
Santas que en la tierra viven,
que por curar se desviven
sin buscar loor ni tener vanidad.
Sus manos curando hacen
que de las llagas broten flores,
pues curan con mil amores
y los enfermos renacen.
De Job tienen la paciencia.
De la Soledad el dolor,
y de madre es el amor
que les llena la conciencia.
Vestidas de albo y azul
sois sacrificio y bondad.
Hijas de la Caridad,
de Vicente de Paúl
y Luisa de Marillac.



Santa Luisa de Marillac y San Vicente de Paúl siguen viviendo en sus hijas e hijos esparcidos por el mundo, amando y obrando con el mismo espíritu. Pero si el mundo les debe, Canarias muchísimo más. Las Hijas de la Caridad y los PP. Paúles han volcado sobre el pueblo canario su caridad y su misión apostólica: en escuelas, hospitales (psiquiátricos, antiguas leproserías, etc.), asilos, orfanatos, obras sociales; y en cualquier caso, siempre dignificando la vida material y la espiritual de los más necesitados. Un ejemplo de todo ello lo encontramos en el siguiente texto, tan sensible como acertado, de Sebastián Padrón Acosta: una loa al trabajo realizado en la Villa de La Orotava, pero que también es extensible -por ser fiel reflejo- a Las Palmas de Gran Canaria o cualquier otro punto de nuestras islas donde las Hermanas han llevado a cabo una ingente labor.


Sebastián Padrón Acosta

Nos hemos congregado en este santo retiro, llamados por la voz de la caridad, esa palabra magna y significativa, mansa y sonora, que debiera ser escrita con letras de oro en el frontispicio de vuestras casas solariegas como el blasón más egregio de vuestra hidalguía y de vuestra religiosidad preclaras; virtud sublime, cuya primera lección fuera dada por Cristo en la Cima del Calvario, cuando murió por salvar a la humanidad prevaricadora, ofreciéndose al Padre como hostia de expiación; sentimiento, dignificado por el catolicismo, que le erigió trono y altar, incluyéndola entre las virtudes teologales, como síntesis, resumen y compendio de le Fe y de la Esperanza; ángel de alas blancas y tutelares que tiende su manso vuelo sobre las casas donde reina la desgracia y el infortunio, la indigencia y la desdicha, el desamparo y la orfandad; sentimiento que debiera ser el móvil de todas nuestras acciones, porque así lo preceptuó Jesús de Galilea, al dejarnos, como testamento inolvidable antes de su partida al cielo, aquellas amorosas palabras: «Amaos los unos a los otros»; azul paloma descendida de las alturas. ¡La caridad!, hija de Dios, madre del Bien, hermana del Amor, dispensadora del Consuelo, mensajera de la Alegría.
…Cuando la caridad, cubierta de gasas, bajó entre fulguraciones de oro a esta tierra de amargura, un nuevo sol esplendente y triunfal lució sobre la línea azul del horizonte, Y al conjuro mágico de este ángel salvador y tutelar, las instituciones benéficas del Cristianismo florecieron y surgieron almas como la beata Luisa de Marillac, que fundó la hermosa institución de Las Hermanas de la Caridad, que se difundieron por la tierra prodigando bienes y alegrías y consuelos.
Aquí tenéis, orotavenses, a estas santas mujeres, pasionarias de sacrificio, violetas de humildad, lirios de sencillez. Ellas, ahogando en el fondo de su espíritu delicado todos los impulsos de su primavera, se abrazan a la cruz amorosamente. Se desposan con la caridad, con Jesús, después de haber dirigido al mundo una mirada entristecida, desdeñosa. Y recatan en unas bancas tocas el encanto espiritual de su pudor, como un lirio que cierra sus pétalos ruboroso. Desde el momento en que se desposan con la caridad, emprenden la senda luminosa del Calvario, buscando con anhelo las huellas del Nazareno.
Como que la alondra del amor canta en sus pechos, el lugar donde viven, cárcel para el mundo, es para ellas alcázar de felicidad, porque está bañado por los esplendores con que el amor lo ilumina. Cuando en prisión vive ¡o amado, prisión es paraíso. Y por eso en este lugar de refugio tienen las hermanas su vergel, porque a él acuden los ancianos, representaciones de Cristo hambriento, de Cristo cansado, de Cristo sediento. Y es altamente conmovedor el cariño inefable con que estas hijas de la Caridad cuidan a los náufragos de la vida. Y en este hogar cristiano, reina el verdadero amor a la humanidad, prueba inconcusa rotunda de que el ángel que trajera el Cristianismo no ha alzado su vuelo. Palpable demostración de que la mujer jamás abdicará su aroma de virgen y madre, ¡sus gloriosas aureolas!
Ellas van cantando que Cristo es el amor, que Cristo es la caridad. Merecen las Hermanas de la Caridad nuestra adoración, nuestros donativos, nuestros esfuerzos, porque en aras de la humanidad sacrifican su vida abnegada. ¡Quién sabe si los que hoy damos limosna, tendremos que mendigarla mañana!, porque aún peregrinamos por la senda! Y hoy en que el materialismo parece romper con lo sobrenatural, ellas permanecen extasiadas contemplando el misterio de las alturas.
Pasan por la vida, derramando sobre el desamparo de la tierra los bálsamos de la caridad, deshojando las rosas de su sacrificio y de su amor y de su abnegación. Sus cuerpos permanecen en la tierra, pero sus almas viven perdidas en los senos de la Divinidad. Mientras las Hermanas miran a los ancianos con la sonrisa de la caridad en los labios, ellos, en el misterio de sus almas cansadas, quizá piensen en el ocaso…
Las Hermanas de la Caridad son contemplativas como María y laboriosas como Marta. Son ellas la castidad que pasa por el lodo de la tierra sin manchar la albura de sus tocas. Son los ángeles de la Caridad. Vosotros sabéis todas las abnegaciones de las hijas de S. Vicente, de las hijas de la beata Luisa de Marillac. No necesito insistir más sobre ello, pues vuestra presencia en el acto que estamos celebrando lo corrobora.
La solemnidad que estamos celebrando honra altamente al valle de Orotava y a sus damas preclaras. Desde 1884 se ha venido sosteniendo este Asilo con el esfuerzo, con la entereza de almas recias y fuertes, generosas y caritativas; es un ejemplo digno de imitación. La piedad orotavense ha levantado y sostenido este Asilo, que es puerto de refugio, lugar de consolación, rincón de cariño.
Estos beneficios que vosotros dispensáis a los desamparados se os premiarán en aquella hora en que toda obra buena recibirá su galardón. Y vuestra labor es enaltecedora, porque nos hallamos en una época en que la Humanidad ha menester de los bálsamos de la caridad; porque atravesamos una edad angustiosa en que la túnica blanca e inconsútil de la caridad se ha rasgado ignominiosamente; porque estamos en una edad en que la doctrina traída al mundo por Jesús, quiere ser bautizada por fariseos con el nombre de filantropía; porque vivimos en tiempos dolorosos; porque las palabras confortadoras de Jesús se pierden en el vacío de los espíritus. Y vosotros habéis laborado infatigablemente, silenciosamente por favorecer con vuestro propio peculio a estos desamparados de la fortuna.
Dios premiará con creces la magnitud de vuestra labor, la grandeza de vuestra obra, el esfuerzo de vuestra voluntad, la bondad da vuestra intención, el valor de vuestro sacrificio. Habéis enjugado lágrimas, habéis calmado la sed y el hambre de los sedientos y necesitados, habéis vestido a los desnudos, habéis dado posada al peregrino, habéis, en una palabra, cumplido con los preceptos misericordiosos. Y por todo esto recibiréis galardón, recompensa, aureola.
…No sucumbáis jamás en vuestra caritativa empresa enaltecedora. La caridad, como un nimbo, orna vuestras frentes. Debemos seguir serenos, imperturbables, infatigables, los derroteros señalados por Jesús de Galilea. Seguid vuestra labor; no os arredre la magnitud de vuestra obra.

Cuando sintáis en vuestros corazones desfallecimientos en la jornada, id al pie de los altares, y en el secreto de vuestro retiro contad a Jesús Sacramentado vuestras cuitas, que Él es aurora esplendente, gloriosa y triunfal, en medio de esta noche abrumadora que atravesamos, nosotros peregrinos en este doloroso viaje de la vida hacia la Eternidad, donde se rasgarán todas las sombras que nos envuelven dolorosamente.
Reciban, pues, las Hermanas el fervor más entusiasta de nuestro agradecimiento.

Sebastián Padrón Acosta: La benéfica institución de las Hermanas de la Caridad en la Villa de La Orotava. Gaceta de Tenerife (julio de 1922). Extractos.


“Sed empeñosas en el servicio de los pobres… amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo”.

Oración

¡Oh gloriosa Santa Luisa de Marillac!
Esposa fiel, madre modelo,
formadora de catequistas, maestras y enfermeras.
Ven en nuestra ayuda y alcanza del Señor:
socorro a los pobres,
alivio a los enfermos,
protección a los desamparados,
caridad a los ricos,
conversión a los pecadores,
vitalidad a nuestra Iglesia
y paz a nuestro pueblo.
Cuida nuestro hogar
y cuanto hay en él.
Que sea un camino recto
que nos conduzca a nuestra casa del Cielo,
y que tu bendición descienda todos los días
sobre cada uno de los que lo transitamos.
Bendito seas, buen Dios,
porque sembraste el amor en Santa Luisa
para ejemplo nuestro
e imitación de Jesús,
Camino, Verdad y Vida.
Amén.
* * *

Con fecha de 3 de febrero de este año de 2016, el Superior General de la Congregación de la Misión (Misioneros Paúles) y de la Compañía de las Hijas de la Caridad, P. Gregory G. Gay, C. M., ha escrito una carta a todos los “Sacerdotes y Hermanos de la Congregación de la Misión” comunicándoles el cambio oficial de fecha de la fiesta de Santa Luisa de Marillac. Como dice el Superior General en su carta, “La celebración de la fiesta de Santa Luisa permanece solemnidad y, con efectos inmediatos, se celebrará cada año el 9 de mayo”.
Se ha considerado cambiar la fiesta de Santa Luisa de Marillac, porque siempre cae en Cuaresma y es preferible no celebrar solemnidades durante ese tiempo litúrgico. Acordándose el 9 de mayo, aniversario de la beatificación de Santa Luisa, porque el aniversario de su canonización también cae en Cuaresma.

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