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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

miércoles, 26 de junio de 2019

Rincón para orar. EL DISCÍPULO AMADO. 26 - Junio - 2019

"Ventana abierta"


Rincón para orar


Sor Matilde


EL DISCÍPULO AMADO


20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: « Señor, ¿quién es el que te va a entregar? »
21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: « Señor, y éste, ¿qué? »
22 Jesús le respondió: « Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme. »
23 Corrió, pues, entre los hermanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: « No morirá », sino: « Si quiero que se quede hasta que yo venga. »
24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran (Jn. 21, 20-25)
Jesús, después de la triple confesión de amor de Pedro a Jesús, éste le dice: “Sígueme”. Y en este momento parece que Jesús se aleja y Pedro le sigue, pero también Juan lo hace… Entonces Pedro, a quien hemos visto en muchos pasajes de los Evangelios unido a su amigo Juan, se interesa por él y le pregunta a Jesús: “Señor, ¿y éste qué?”. Y Jesús le responde con unas palabras enigmáticas: “¿Si yo quisiera que este permaneciese hasta que yo venga, a ti qué?... Tú sígueme”… Es como si dijera a Pedro: “Tú atiende a lo tuyo y deja que yo haga con Juan lo que desee”… Entonces entre los hermanos, se divulgó la voz de que Juan no moriría… Pero esto no lo dijo Jesús. De hecho, Juan murió como los otros Apóstoles, aunque era ya muy anciano y ninguno le sobrevivió y llegó a vivir hasta finales del S.I.
Juan, fue testigo del juicio de Jesús sobre el pueblo judío. A esto hace alusión Mateo y los otros evangelistas: “En verdad os digo, que hay algunos entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte antes de haber visto al Hijo del Hombre venir en su Reino” (Mateo 16, 28)
Pero, en el momento en que Jesús dijo estas palabras, estaba muy viva la idea de la Venida de Jesús, al fin de los tiempos… Aunque este deseo, no se ha cumplido todavía… Mas sí el Juicio sobre las doce tribus de Israel, al que Juan estuvo presente: Los gentiles, en este caso, los romanos, con el emperador Tito a la cabeza asoló Jerusalén, destruyó el Templo, no dejando piedra sobre piedra y paso a filo de espada a toda la población, el año 70 dc: “Porque no habían reconocido el momento de la venida del Mesías”, según había dicho Jesús.
Juan, sobrevivió a esta desolación, porque obedeció a Jesús que avisó a los suyos para que escaparan, yendo al otro lado del Jordán… Allí, se salvaron los discípulos y los cristianos que vivían en Jerusalén y alrededores…
Juan, como María, de la que aprendió a “guardar todas estas cosas en su corazón”, retuvo las Palabras de Jesús y también profundizó en la Divinidad de su persona humana: la Encarnación del Verbo…
Juan, se sabía “el discípulo amado del Señor”. No que los otros no lo fueran, pero Juan se le parecía mucho a Jesús en su virginidad, en su fidelidad en el momento de la prueba, estando con María, al pie de la cruz y obedeciendo, con Jesús, el designio amoroso del Padre de salvar a los hombres a través del sufrimiento y de la muerte en cruz…
Juan, escuchaba mucho a Jesús y hablaba poco, al igual que María. Amaba al Señor, más que a sí mismo, de aquí su fidelidad y absoluto ensimismamiento en Jesús, el Hijo Amado del Padre… Juan era todo un discípulo para Jesús y Jesús lo era todo para él... ¿Quién puede escudriñar esta borrachera de Amor entre Jesús y su discípulo amado?...
¡Haznos Jesús, fieles a Ti por la fe y el Amor!… “ Mi Amado es mío y yo soy todo suyo”…

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