"Ventana abierta"

Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
El cuarto don del Espíritu Santo es la fortaleza; pero no se trata de la fortaleza normal, que nos permite soportar las dificultades cotidianas. Este don nos permite ser capaces de una fortaleza superior, que nos hace capaces de dar la vida por el Señor, si esto fuera necesario. Es la fortaleza que nos hace sobrellevar con constancia cosas que en situaciones normales nos parecerían imposibles. Dejarse matar por Cristo parece algo imposible, porque contradice al instinto de supervivencia, que nos lleva a escapar de los peligros. Sin embargo, si Dios nos pidiera eso, seguro el Espíritu Santo nos daría la fuerza para poder soportarlo, y entonces sería realmente posible. Los mártires han podido entregar la sangre porque los sostenía este don maravilloso del Espíritu. Pero este mismo don nos sostiene cuando tenemos que soportar cosas especialmente difíciles, cuando no se trata de dar la vida, pero sí de renunciar a alguna parte importante de la vida. Sin esta fortaleza todo es demasiado duro; pero con esta fortaleza cualquier cosa se puede enfrentar. Pidamos al Espíritu Santo que nos revista con este don poderoso.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 8 de Noviembre
"Espíritu Santo, fuente de fortaleza, ven a sostenerme con tu poder. Te pido que me des la valentía que va más allá de lo humano, esa fortaleza que nace de Ti y que permite enfrentar lo imposible. En los momentos en los que las cargas parecen demasiado pesadas, ayúdame a recordar que en Ti encuentro la fuerza para soportar y seguir adelante.
Dame el valor que tuvieron los mártires para permanecer fieles a Dios en cualquier circunstancia, incluso en los mayores sacrificios. Que, aunque no me pidas entregar la vida, pueda renunciar a mis propias comodidades y deseos cuando Tú lo requieras.
Espíritu Santo, revísteme de este don, para que cualquier dificultad sea un paso más en mi camino hacia Ti. Que cada desafío sea una oportunidad para mostrar mi amor y fidelidad al Señor.
Amén".
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viernes, 7 de noviembre de 2025
El tercer don del
Espíritu Santo es el consejo, que nos permite orientar a los demás y ayudarles
a descubrir cuál es la voluntad de Dios para sus vidas. No se refiere tanto a
cosas prácticas, sino a las cuestiones más grandes, que tienen que ver con el
sentido de la vida.
Esto nos muestra que el Espíritu Santo no se derrama en nosotros sólo para
hacer crecer nuestra intimidad, sino también para el servicio de los demás.
Porque nadie crece de verdad en la vida espiritual si no se entrega con
generosidad a los hermanos. A la persona profundamente espiritual le interesa
mucho ayudar a los demás a crecer y a marchar por el buen camino.
Pero tengamos presente que este don del consejo no se refiere a cualquier
consejo, sino a las cosas más profundas de la vida. Es ante todo la capacidad
de motivar a los demás para ser fieles a Dios en el camino de su existencia.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo
del 7 de noviembre, para pedir el don de Consejo
"Espíritu Santo, consejero
fiel, guía mis palabras y mi corazón para ser un instrumento tuyo en el
servicio a los demás. Dame la sabiduría para acompañar a quienes buscan respuestas,
y ayúdame a ser un reflejo de tu amor y tu verdad.
Que cada consejo que ofrezca esté inspirado por tu luz, no en las cosas
pequeñas, sino en aquello que toca lo más profundo del alma y guía a mis
hermanos hacia el propósito que Dios tiene para ellos. Haz que mi vida sea un
faro de paz y claridad, ayudando a los demás a caminar hacia Ti con fidelidad.
Enséñame a crecer espiritualmente entregándome a los demás, en el deseo sincero
de verlos avanzar en su propio camino de fe. Que tu consejo me llene de
compasión y sabiduría, y me permita servir con un amor profundo y
desinteresado.
Amén".
jueves, 6 de noviembre de 2025
El segundo don del Espíritu Santo es el entendimiento, que ilumina la
inteligencia. Es la capacidad de captar algo de las verdades más profundas de
la fe, la habilidad para entender el sentido más profundo de la Palabra de
Dios. Pero no es un don de los estudiosos, porque el Espíritu Santo puede
derramar este don de una manera preciosa en una persona que ni siquiera sepa
leer y que no haya recibido ninguna instrucción. Esa persona, aunque no sepa
explicar con claridad lo que sabe, puede poseer una gran intuición espiritual
que le permite entender las cosas más altas y más sublimes de la fe cristiana.
Cuando uno trata de estudiar, de profundizar su fe, o de comprender la Biblia,
tiene que invocar al Espíritu Santo para que derrame este don con mayor
intensidad; porque nuestra mente, sin la luz del Espíritu Santo, nada puede
comprender de los misterios de la fe.
Oración inspirada en la reflexión de
Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 6 de noviembre
"Espíritu Santo, luz divina, derrama sobre mí el don del
entendimiento. Ilumina mi mente para que pueda penetrar en el misterio de tu
amor y comprender, aunque sea un poco, las maravillas de la fe. No quiero
quedarme solo en palabras o conocimientos, sino descubrir el sentido profundo
de todo lo que tú me enseñas.
Dame esa mirada interior que ve más allá de lo visible, que capta tu presencia
en lo sencillo y en lo eterno. Hazme capaz de entender tu Palabra no solo con
la razón, sino con el corazón, y que cada vez que la escuche o la lea, sienta
que me hablas directamente a mí.
Espíritu Santo, ilumina mi inteligencia para que toda mi vida sea guiada por la
verdad. Que tu luz me acompañe siempre, para no perderme en la oscuridad de mis
pensamientos humanos, sino vivir en la claridad de tu sabiduría y de tu amor.
Amén".
miércoles, 5 de noviembre de 2025
El primer don del Espíritu Santo es la sabiduría. Pero tenemos que aclarar
que cuando la Biblia habla de sabiduría, no quiere decir los conocimientos o la
instrucción intelectual. Los libros sapienciales nos hablan mucho de esta
sabiduría, que es sobre todo el arte de vivir, de saber conducirse en la vida.
Porque hay personas que saben muchas cosas pero les falta lo más importante: no
saben vivir.
Los grandes sabios cristianos han destacado que la mayor sabiduría tiene que
ver con el amor, que nos hace saborear las cosas celestiales. Es un
conocimiento gustoso, lleno de sabor espiritual.
Pidamos al Espíritu Santo que nos regale esa sabiduría que viene de lo alto.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo
del 5 de noviembre
"Espíritu Santo, fuente de sabiduría verdadera, te pido que me
concedas el don de la sabiduría que viene de lo alto, ese arte de vivir que no
se encuentra en los libros, sino en el corazón. Hazme entender que la sabiduría
auténtica no es acumular conocimientos, sino vivir con amor, con paz y con
profundidad.
Dame la gracia de saborear la vida como tú la ves, de mirar a los demás con
compasión y ternura, de valorar cada momento como un regalo de tu amor. Ayúdame
a conducirme en la vida con ese sabor espiritual, con el gozo de saber que
estoy guiado por tu luz.
Que tu sabiduría llene mi vida de sentido, para que mis palabras y acciones
reflejen tu bondad. Ven, Espíritu Santo, y transforma mi corazón.
Amén"."
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 8 de Noviembre
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