"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Después de invocar la presencia del Espíritu, trato de imaginar ese fuego infinito de amor que se convierte en viento impetuoso. Quizás me provoque temor tanto dinamismo. Entonces pido al Espíritu que destruya ese temor que me paraliza. Todos buscamos tener algunas seguridades, y nos aferramos a esas costumbres que nos hacen sentir firmes. De ese modo renunciamos al cambio, a la esperanza, al futuro. El Espíritu quiere desinstalarnos porque nos quiere vivos, no muertos en vida. Por eso, en su presencia, me hago las siguientes preguntas:
¿No será que el Espíritu está queriendo cambiar algo en mi vida y yo me resisto?
¿No será que he renunciado a tener nuevos amigos, a iniciar cosas nuevas, a cambiar algo, porque tengo miedo de desinstalarme, de perder mi comodidad, porque me aferro a mis propios planes con uñas y dientes y no estoy disponible para la novedad del Espíritu?
¿Siento que el estilo de vida que estoy llevando me permite levantarme cada día
como si fuese una nueva aventura en el Espíritu? ¿O me levanto simplemente para
sobrevivir, para cumplir, para soportar la
existencia?
Le digo al Espíritu Santo que quiero vivir de otra manera, y le pido su fuerza para lograrlo".
Oración de meditación inspirada en la reflexión del sábado 22 de febrero de 2025
“Espíritu Santo, soplo de vida y fuego de amor,
hoy me presento ante Ti con humildad, reconociendo mis miedos y resistencias. A
veces temo el cambio, me aferro a mis seguridades y me cuesta dejarme guiar por
tu dinamismo renovador.
Pero hoy quiero abrirte mi corazón. Ven y
destruye todo temor que me paraliza. Libérame de la comodidad que me impide
crecer, del apego a mis propios planes que me cierra a tu novedad. Enséñame a
confiar en que lo nuevo que traes es siempre mejor, que en tu soplo hay vida y
en tu fuego hay amor.
Señor, no quiero vivir en la rutina ni
simplemente sobrevivir. Quiero levantarme cada día con ilusión, con la certeza
de que cada jornada es una aventura en el Espíritu. Hazme dócil a tu guía,
valiente en mis decisiones y abierto a lo que quieras hacer en mí.
Ven, Espíritu Santo, y renueva mi vida.
Amén”.
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