"Ventana abierta"
Comentarios breves de Benjamín González Buelta, S.J.
Jesús ha venido para hacer realidad uno de los anuncios recurrentes en los profetas del Antiguo Testamento. Los mudos, sordos y ciegos, tan frecuentes en aquellos pueblos con una medicina rudimentaria, quedaban marginados para participar de lleno en la vida familiar y comunitaria. Jesús ha venido a sanar e incorporar a todos a la vida.
En la lectura de Santiago aparece otro motivo de marginación, la pobreza. Llega un rico y es bien recibido en la asamblea. Llega un pobre y lo dejan de pie o le dicen que se siente en el suelo. Esa no fue la postura de Jesús. Dios escogió a los pobres para situarlos en el centro de la comunidad y hacerlos creadores del Reino.
Fuera de Palestina, en Tiro y Sidón, Jesús cura a un sordo con dificultades para hablar, con cercanía y cariño, posando sus dedos sobre los oídos y la lengua del enfermo. La misión sanadora de Jesús es universal. También hoy comprobamos, cómo, en muchas periferias, los sordos escuchan la palabra de Dios y se escuchan mutuamente, y los que siempre han estado silenciados por mecanismos sociales empiezan a formular una palabra propia y digna, ayudando a crear un mundo más justo e incluyente.
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