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Sean bienvenidos

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Invitación y bienvenida

Hola amig@s, bienvenid@s a este lugar, "Seguir la Senda.Ventana abierta", un blog que da comienzo e inicia su andadura el 6 de Diciembre de 2010, y con el que sólo busco compartir con ustedes algo de mi inventiva, artículos que tengo recogidos desde hace años, y también todo aquello bonito e instructivo que encuentro en Google o que llega a mí desde la red, y sin ánimo de lucro.

Si alguno de ustedes comprueba que es suyo y quiere que diga su procedencia, o por el contrario quiere que sea retirado de inmediato, por favor, comuníquenmelo y lo haré en seguida y sin demora.

Doy las gracias a tod@s mis amig@s blogueros que me visitan desde todas partes del mundo y de los cuales siempre aprendo algo nuevo. ¡¡¡Gracias de todo corazón y Bienvenid@s !!!!

Si lo desean, bajo la cabecera de "Seguir la Senda", se encuentran unos títulos que pulsando o haciendo clic sobre cada uno de ellos pueden acceder directamente a la sección que les interese. De igual manera, haciendo lo mismo en cada una de las imágenes de la línea vertical al lado izquierdo del blog a partir de "Ventana abierta", pasando por todos, hasta "Galería de imágenes", les conduce también al objetivo escogido.

Espero que todos los artículos que publique en mi blog -y también el de ustedes si así lo desean- les sirva de ayuda, y si les apetece comenten qué les parece...

Mi ventana y mi puerta siempre estarán abiertas para tod@s aquell@s que quieran visitarme. Dios les bendiga continuamente y en gran manera.

Aquí les recibo a ustedes como se merecen, alrededor de la mesa y junto a esta agradable meriendita virtual.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.

No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad.
No hay mejor regalo y premio, que contar con su amistad. Les saluda atentamente: Mª Ángeles Grueso (Angelita)

martes, 21 de junio de 2022

REFLEXIÓN PARA EL MARTES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA DEL T.O. (2). 21 - JUNIO - 2022

"Ventana abierta"

 De la mano de María
Héctor L. Márquez (Conferencista católico)

REFLEXIÓN PARA EL MARTES DE LA DECIMOSEGUNDA SEMANA DEL T.O. (2)

¡Qué angosto el camino que lleva a la vida!

“Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos”. En estas palabras, con las que concluye el Evangelio de hoy (Mt 7,6.12-14), Jesús nos plantea los dos caminos que, en prácticamente todas las culturas y religiones, simbolizan los dos tipos de conducta humana (Cfr. Salmo 1).

No hay duda de que el camino de la perdición es cómodo, llevadero; por eso es atrayente, mientras el camino que Jesús nos propone es uno lleno de sacrificios, de obstáculos, dolor, de entrega a los demás. No hay duda, estrecha es la puerta y angosto el camino, pero vale la pena recorrerlo, porque nos lleva a la vida (eterna).

Él se hizo hombre para mostrarnos ese camino de salvación, para demostrarnos que es posible, como lo han hecho tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia; aquellos que llamamos “santos” y “santas”.

No hay duda, el Camino es arduo, pero el premio que nos espera hace palidecer las dificultades y sacrificios que implica. Pienso en los anuncios que normalmente preceden a los juegos olímpicos. En ellos se nos presentan las historias de diferentes atletas, y cómo se preparan sacrificando las fiestas, las diversiones, y hasta la familia, entrenando con una sola meta, la medalla olímpica; una medalla hecha de metal que eventualmente perderá su brillo y morirá llena de polvo en un armario o una gaveta.

Lo que Jesús nos promete es algo más preciado que una mera medalla de oro, o plata, o bronce, es la vida eterna. “Los atletas se privan de todo; ellos para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita” (1 Co 9, 25). Pablo entendió el mensaje de Cristo, y entendió además que Él no nos está pidiendo nada que Él, como hombre, no estuvo dispuesto a hacer.

Hoy te invito a pedir a Nuestro Padre que está en los cielos que nos de la perseverancia para continuar nuestro “entrenamiento” para la vida eterna, sin sucumbir ante la tentación del “camino cómodo, llevadero” que nos brinda la gratificación instantánea, pero nos lleva a la condenación eterna. La invitación es clara, como lo son las opciones.

“Señor Dios nuestro, Tú nos preguntas a través de tu Hijo Jesucristo: ¿Qué camino quieren ustedes tomar: el menos exigente y sin esfuerzo, ¿o el camino y la puerta estrechos, difíciles y llenos de obstáculos? Señor, que, al elegir, nos decidamos siempre por el camino de tu Hijo, porque él es nuestro Señor por los siglos de los siglos” (Oración colecta).

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