"Ventana abierta"
La Buena Semilla
Job… dijo: Desnudo salí del vientre de mi
madre, y desnudo volveré allá. El Señor dio, y el Señor quitó; sea el nombre
del Señor bendito.
Job 1: 20-21
Las crisis (9): Enfermedad y
separación
- El ejemplo (Job 1y2): Job era un
creyente íntegro y temeroso de Dios. Tenía muchos bienes materiales, pero en
pocos días perdió todo: la casa cayó sobre sus hijos y los mató, varias
calamidades destruyeron todos sus bienes. ¡Y eso no fue todo! Una enfermedad de
la piel le hacía sufrir sin cesar.
¡Qué crisis material y espiritual para Job! A
lo largo de su historia lo escuchamos clamar a Dios su miseria, sus dudas, sus
preguntas… Pero, poco a poco, la luz iluminó su espíritu. Su fe se afinó y su
conocimiento de Dios se concretizó. Entonces exclamó: “De oídas te había oído;
mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5).
- La lección: Las pérdidas sucesivas
que sufrió Job eran inmensas… Nos dejan pensativos, pero la lección espiritual
que aprendió es muy rica, y es doble: por una parte, Job fue liberado de sus
razonamientos negativos, y, por la otra, confió en Dios y lo honró, al exclamar:
“Yo sé que mi Redentor vive”. “Yo conozco que todo lo puedes” (Job 19:25;
42:2).
¿Qué decir ante tales pérdidas y semejante
progreso espiritual? La puesta a prueba de la fe de Job produjo la paciencia, y
esta cumplió en él “su obra completa” (Santiago 1:4).
Si vivimos momentos difíciles y separaciones
dolorosas, ¡no nos desanimemos! Al igual que Job, continuemos hablando al
Señor, contémosle incluso nuestra amargura. Al final veremos que “el Señor es
muy misericordioso y compasivo” (Santiago 5:11).
(continuará el próximo miércoles)
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