Tú que hueles como las rosas -le dijo el poeta a la hoja-,
¿eres de la familia de ellas?
No -le respondió aquella-
no soy más que una débil hoja desprendida de un árbol que nada tiene en común con la reina de las flores; pero el viento me condujo a su seno, he vivido por mucho tiempo en su contacto y este es el secreto de mi fragancia.
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