¡Hola, queridos niños!
Como ya estamos inmersos en la "Jornada Mundial de la Infancia Misionera", quería comentaros lo que decía un niño perteneciente a un grupo misionero:
"Yo quisiera tener el mundo en mis manos para pintarlo de otro color y llenarlo de paz y de alegría.
¡Qué difícil! -decía- tal vez si juntamos muchas manos, aunque sean pequeñas, y aportamos nuestro granito de arena podamos lograr que nuestro mundo sea mejor, más justo, solidario y pacífico:
Un gesto, un abrazo, un apretón, tal vez una oración..., por ahí podríamos empezar.
Los chicos de los grupos misioneros sabemos mucho de eso porque lo hacemos todos los días, pero hay que contagiar a los demás.
Si no tienes cuidado -continuaba diciendo- metes el jersey de lana de un gigante en agua caliente y se convierte en el jersey de un enano.
Nunca he sabido por qué ocurre así, pero sucede.
Pues creo yo que hay personas a las que les spasa como a los jerseys, encogen por día.
Pudieron hacerse grandes hombres o grandes mujeres, pero comenzaron a preocuparse solamente de ellos y de sus cosas y se fueron achicando. Hoy son unos enanos. Se nota en seguida:
- El egoísta no presta sus libros o sus bolis.
- No le interesa rezar por los demás.
- Ignora que en el mundo hay hambre.
- No comparte ni un mordizco de su bocata de media mañana.
- Juega en solitario con su ordenador.
- Parece que se le olvidó sonreir, ya no cuenta chistes.
- Cree que todos los compañeros son un desastre, y no comparte juegos con la gente en los recreos.
A este chaval hay que hacerle una pintada en la puerta de su casa con el lema:
"Extiende tus manos al mundo".
Hay que decirle:
¡Que no te enteras, tío!
Que estás encogiendo como los jerseys.
¡Ah! y cuando un jersey encoge, ya le puedes dar plancha, que no hay manera.
Para mí, extender las manos al mundo quiere decir, que no pienso cerrar el puño nunca para golpear -por mucho que vea que lo hacen en televisión-.
Quiere decir, que voy a intentar que me resulte fácil dar la mano a cualquier compañero, aunque me haga faenas.
Quiere decir, que desde hoy pensaré muchas veces que todos los niños del mundo son como de mi familia.
Quiere decir, que tendré que ir pensando que los misioneros que están hoy en todas partes no son eternos. Algún día habrá que sustituirles, ¿no?
Si los mayores fabrican armas, yo me voy a dedicar a fabricar amigos y voy a empezar mañana mismo en el "cole".
Un día necesitaré buscarles también fuera de aquí, y puede que ese día me vaya por el mundo. Entonces podré, además, hablarles de Jesús, que es lo mejor que tengo".
Me gusta el lema:
"Extiende tus manos al mundo".
Sería estupendo una foto gigante de todos los niños del mundo con las manos juntas y queriéndose.
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