Páginas

jueves, 27 de enero de 2011

EL BORDADO DE DIOS.



Ahora que aún soy pequeño, a mi mamá a veces la veo bordar. 

Yo obserbo su trabajo desde una posición más baja, así que siempre me quejo diciéndole que desde mi perspectiva lo que está haciendo me parece muy confuso.

Ella me sonríe. Mira hacia abajo y cariñosamente me dice:

"Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición".

Me pregunto, por qué ella usa algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecen tan desordenados desde donde yo estoy.

Unos  minutos más tarde  escucho la voz de mi mamá diciéndome:

"Hijo, ven y siéntate en mi regazo".

Yo lo he hecho de inmediato, y me sorprendo y me emociono al ver la hermosa flor y el bello atardecer en el bordado.

No puedo creerlo; desde abajo se veía tan distinto...

entonces mi mamá me ha dicho:

!Hijo mío, desde abajo lo veías confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que hay un plan arriba, hay un diseño; yo sólo lo estaba siguiendo!

Ahora, mirándolo desde mi posición te has dado cuenta de lo que estaba haciendo.

Cuando lleguen los momentos más difíciles de tu vida, hijo mío, mira al Cielo y pregúntale a Dios:
"Padre, ¿qué estás haciendo?"

Y en tus sueños oirás que Él te responderá:
"...Estoy bordando tu vida".


No hay comentarios:

Publicar un comentario