Señor, bendice mis manos
para que sepan acariciar
sin aprisionar.
Para que sepan recibir
sin poseer,
dar sin calcular
y sostener sin condicionar.
Bendice, Señor, mis ojos
para que vean
detras
de la superficie;
para que no se cierren
por el miedo,
pero que nunca miren con ira;
para que todos
se sientan seguros
por mi modo de mirarles.
BENDICE mis ojos para que miren y vean.
Señor, bendice mis oídos
para que sepan oír tu voz
y perciba claramente
el grito de los afligidos;
que sepan cerrarse al ruido inútil
de la palbrería,
y escuchen sin cansancio
el silencio de los enmudecidos.
BENDICE mis oídos para que siempre estén abiertos
al que necesita publicar
su memoria, su alegría, su dolor.
Señor, bendice mi boca
para que dé testimonio de Ti
y no diga nada que hiera o
destruya;
que sólo pronuncie palabras
que siembren y alivien,
y no calle nunca los nombres
heridos.
BENDICE mi boca
para que siempre bendiga
y nunca traicione
mi propia verdad.
Señor, bendice mi corazón
para que sea templo vivo
de tu Espíritu;
que sepa dar calor
y refugio;
que sea generoso
en perdonar,
alegre en compartir,
pronto en comprender,
y compasivo.
LLÉNALO de nombres
de personas queridas,
de personas sin nombre
y también de otros nombres.
Bendice, Señor, mis pies
para que busquen la paz
y corran tras ella.
Que construyamos caminos
para anunciarte,
y evite los senderos tortuosos
que desembocan
en la obstentación
y en la injusticia.
Que reconozca tus pisadas
en el caminar de los humildes
y respeten las huellas
de todo caminante.
BENDICE mis pies
para que me los deje lavar
y tener parte Contigo.
Bendíceme, Dios mío,
para que puedas disponer de mí
con todo lo que soy,
con todo lo que tengo
con todo lo que de í he recibido.
Bendíceme, Señor,
en toda tu gente
y en todos mis amigos.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario