"Ventana abierta"
ÁNGELUS
MARÍA, MUJER SIEMPRE EN CAMINO
Hay infinidad de pasajes evangélicos en que descubrimos precisamente esta actitud de la Virgen en camino, siempre dispuesta a partir.
Y lo vemos en estos primeros momentos de la Historia de la Salvación.
Y nos fijamos más en esos momentos en que Jesús ya iba siendo bastante grande, nos dice desde el Evangelio.
Podemos captar cómo María se preocupaba como toda madre de su hijo, y Éste sigue quedándose misteriosamente "perdido" -así entre comillas- "perdido en el templo" y la respuesta que le hace ésta:
"¿Por qué me buscabais, no sabíais que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Y Tú, María, no entendiste el sentido total de la partida.
Y más tarde, más adelante en la vida de Jesús, en Caná de Galilea, cuando se manifestó el Señor en el primero de sus signos por hacer bien a los demás, Tú te olvidaste de ti misma y le pediste que adelantara la hora de su partida.
Y Él partió a llevar la Buena Noticia a los pobres.
A anunciar a los cautivos la liberación y a los ciegos la vista.
A dar libertad a los oprimidos.
Mientras tanto Tú lo acompañabas desde cerca y desde adentro, rumiando en tu corazón la Palabra que Él iba predicando.
Hasta que llegó la tarea de un Viernes en Jerusalén, era la hora de la Pascua y la partida.
La noche antes en el Cenáculo, Él celebró la Cena de despedida. Era también la Cena de la amistad, y la presencia de la comunicación fraternal, y del encuentro.
María pues, es esa Mujer de siempre en camino, siempre atenta, siempre sensible a las necesidades de su Hijo, y de todos los hombres de la historia.
Yo creo que tenemos que decir a María:
Que aprendamos a ir por la vida ligeros de equipaje, para estar siempre preparados para esa posible partida que debemos de hacer cada día en nuestra vida.
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