"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
MIÉRCOLES DE PASCUA
En el evangelio de
hoy escuchamos el relato del encuentro de Jesús con los de Emaús. La escena
sucede en la tarde del domingo de resurrección en el corto espacio de los once
kilómetros que separan Jerusalén de Emaús. Jesús se hace el encontradizo con
dos discípulos que, deprimidos tras la muerte del Maestro, retornan a su aldea.
Uno de ellos es Cleofás y el otro su propio hijo, ambos probablemente parientes
del Señor.
Durante tres años han seguido
a Jesús, deslumbrados por la belleza de su doctrina y por el esplendor de sus
milagros. Rotos por el drama del Calvario, olvidan que Jesús anunció su propia
resurrección al tercer día, y vuelven a su aldea a la caída de la tarde para
refugiarse en el trabajo cotidiano.
Emaús es la historia de tantos hombres y
mujeres que, ante el mensaje exigente del Evangelio, por cobardía, seducidos
por el mundo o subjetivamente decepcionados por el testimonio opaco o
deficiente de los cristianos, dan por zanjado en sus vidas el asunto de Jesús,
se alejan del centro de su influencia y rompen con la comunidad.
Pero Jesús no abandona a estos
discípulos. Sale a su encuentro y camina con ellos. Lo descubren en la
Escritura que Jesús les explica iluminando sus mentes. Lo redescubren en la
fracción del pan, en la Eucaristía que Jesús consagra como en la víspera de su
pasión. Entonces, se les abren los ojos y lo reconocen e inmediatamente vuelven
a Jerusalén, se reintegran en la comunidad, a la que narran lo que les ha
sucedido en el camino. Yo rezo en este día por quienes han abandonado la
comunidad para que vuelvan a la mesa cálida y familiar de la Iglesia.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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