"Ventana abierta"
Archidiócesis de Sevilla
MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA
Estamos en vísperas
de la Semana Santa. La Iglesia nos invita a implicarnos en el drama de la
Pasión del Señor, a sumergirnos en él con la responsabilidad e intensidad que
cabe esperar de un buen cristiano. No huyamos de él como hicieron cobardemente
Pedro y los Apóstoles. No nos excluyamos de él como quienes ven pasar a Jesús
con indiferencia por la Vía Dolorosa o se contentan con contemplar con
curiosidad el espectáculo de la Cruz. Es más que probable que muchos
conciudadanos nuestros, también en este año, fingirán no enterarse de la
epopeya renovada de la Pasión del Señor, como tantos contemporáneos de Jesús se
vendaron los ojos y se taparon los oídos para no comprometerse en el
acontecimiento cumbre de la historia de la humanidad. Otros, sin embargo, -Dios
quiera que nosotros nos contemos entre ellos- procurarán vivir en el silencio,
la oración y la penitencia, esta nueva Pascua del Señor, es decir, el nuevo
paso del Señor junto a nosotros.
En el momento cumbre de la
historia de la humanidad, junto a la Verónica y las mujeres de Jerusalén, hay
dos personajes que viven con hondura suprema la Pasión del Señor: su madre, la
Santísima Virgen, y el Apóstol san Juan. Ellos nos marcan las únicas actitudes
posibles en la vivencia intensa de la Pasión en este año 2020. Ellos no huyen
ni se esconden, ni se limitan a contemplar pasivamente el drama del Calvario.
Unidos al corazón del Cristo doliente, le acompañan en su Viacrucis y
permanecen valientemente en pie junto a la Cruz del Cristo agonizante. Que
ellos, María y Juan, nos alienten y acompañen en nuestra inmersión intensa,
cálida y comprometida en los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del
Señor. Presentémosle en este año el dolor inmenso de nuestro mundo.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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