"Ventana abierta"
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
FLORES Y ESPINAS
Este año, en primavera, he dedicado un
tiempo a poner todos los cactus en su nuevo sitio: una jardinera grande de tres
pisos.
La verdad es que les tenía un poco medio
muertos, y eso que los cactus son “a prueba de bomba”...
Mientras les transplantaba, me di cuenta
de lo difícil que es tratarles, porque siempre te llevas algún pinchazo. Pero,
siempre me han gustado estas plantas tan peculiares, especialmente cuando
florecen... ¡que suele ser de manera inesperada!
La floración de los cactus es un misterio:
unos lo hacen por la noche, en ausencia de luz; otros, por el día, impulsados
precisamente por la luz abundante. Algunos florecen todos los años; otros, en
cambio, lo hacen cada 15 años. Existen cactus que florecen en invierno; otros,
en primavera u otoño. Y algunos no dan su primera flor hasta que la planta a
alcanzado un grado de madurez muy elevado, lo que supone unos 10 años de vida o
más.
Imagina cuál fue hoy mi sorpresa al
descubrir... ¡que uno de los cactus está floreciendo! Es tal el asombroso
misterio que encierra, que no puedes por menos que pararte un rato a
contemplarlo.
Es curioso el cactus florecido... Si lo
miro con los ojos, me parece de una belleza y un misterio impresionante, pero
si lo toco con las manos, resulta ser la cosa más desagradable, ya que me
agrede (¡y encima me llevo la púa conmigo, de recuerdo!). Por tanto,
dependiendo del sentido con que me acerque a él, así será el resultado: alegría
o enfado.
Estos días que estamos de Ejercicios
Espirituales, al padre dominico que nos acompaña no se le cae de la boca el
nombre de Jesucristo: sólo hace que hablarnos de Cristo y de su amor, desde
distintos puntos de vista. A mí me venía a la cabeza mi cactus y las diferentes
maneras de tratarle.
Jesús, cuando se acerca a nosotros, a
ninguno nos trata igual: te trata personalmente, según lo que necesitas en cada
momento. Unas veces te mira; otras, te tocará; otras te regará. Su trato
siempre es único. Porque única es su entrega en la cruz por ti, único es su
amor por ti, sólo por ti muere y resucita, para que tú puedas ser liberado de
toda espina de muerte y tener vida.
Jesús es muy paciente, sabe dar tiempo...
pero nosotros no sabemos esperar el tiempo de cada persona. Nos cuesta
descubrir que uno dará flor por la mañana; otro, por la tarde; otro, después de
15 años, cuando esté maduro. La impaciencia llama a nuestra puerta, y lo
queremos todo aquí y ahora. Pero cuando hablamos de algo tan grande como es el
milagro de que nazca vida y belleza donde sólo hay espinas... realmente
necesita mucho cuidado y tiempo.
Hoy el reto del amor es ser paciente con
la persona que más quieres, con ese defecto que te gustaría que cambiara ya,
pero que se repite una y otra vez. Pídele a Jesús que ilumine a esa persona, y
pídele que te haga entender a ti que el tiempo de Dios no es tu tiempo. Confía
en Él y descansa. Si no desfalleces... verás maravillas.
VIVE DE CRISTO
https://dominicaslerma.es/
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¡Feliz día!
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