Segundo Domingo de Cuaresma
Llega el momento de la Comunión Espiritual, para todos mis amigos seguidores de este blog, y para todos aquellos que pasen por éste esporádicamente, si así lo desean.
Lo que comemos ahora es el Cuerpo Glorioso de Cristo, aquel Cuerpo que se transfiguró en el Monte Tabor.
"Señor Jesús, quiero, deseo recibir tu Cuerpo, Cuerpo Glorioso escondido en este Pan y este Vino, tu Cuerpo Glorioso que transfigure mi cuerpo mortal, que fortalezca mi camino hacia el país de la Vida, que me haga mirar al cielo y contar estrellas, que me recuerde tu promesa de alianza hecha a mis padres, que me ayude a seguir tu ejemplo, a sentir que Dios está conmigo, y no debo temer nada.Tu Cuerpo Glorioso que me mantenga unido a Ti:
"¡Qué bueno es que estemos aquí, en la paz y quietud de tu presencia, sintiendo cómo tu Gloria me envuelve, cómo tu Palabra me tranquiliza, cómo tu Cuerpo me alimenta!".
"¡Qué bueno es que estemos aquí en este Tabor de encuentro que es la Eucaristía!".
Ayúdame a llevar esta experiencia de tu Presencia Gloriosa a mi vida, sintiéndote en cada momento, de manera especial en el dolor, en la soledad, escuchando la Palabra que sale de tu boca, para caminar en tu presencia, para cumplir mis compromisos, yo que soy tu siervo, al que rompiste las cadenas, el que espera contemplar un día tu Rostro Glorioso".
No hay comentarios:
Publicar un comentario