La Oración Cuaresmal
La oración
cuaresmal debe ser más frecuente y habitual.
La cuaresma nació como desarrollo pedagógico de
un aspecto central del misterio cristiano celebrado en el triduo pascual.
Destaca la perspectiva de su referencia a Jesucristo.
La cuaresma
ha sido siempre el tiempo litúrgico más caracterizado del cristianismo. Es un
conjunto de cuarenta días, cuya razón de ser originaria fue la de imitar el
ayuno previo del Señor al comienzo de su ministerio apostólico.
La cuaresma
es privilegio aptísimo para vivir en y de la Palabra de Dios. Vivir en y de la
Palabra significa leerla, rezarla, meditarla, abrirse a ella, confrontarse con
ella, poner a su tamiz y a su luz nuestra propia existencia. Llenarse de ella
para que sea la música y la letra de la pletina de nuestra alma y de la
partitura de nuestro corazón.
Toda la
liturgia de la cuaresma, tanto en sus aspectos rituales como en la misma
liturgia de la palabra, está consumida de hermosísimos símbolos que ayudan y
hacen visible el camino cristiano de la conversión. Estos símbolos son el
desierto, la luz, la salud, el agua, el perdón, la liberación, la cruz y la
resurrección.
La cuaresma
encuentra en la oración la más apropiada de sus atmósferas y de sus escuelas.
La oración cuaresmal debe ser más frecuente y habitual. Su tonalidad propia es
la humildad, la insistencia, la confianza. Es oración de súplica y de petición.
La oración cristiana de la cuaresma debe intensificar sus dimensiones bíblica y
litúrgica,
El ayuno es
el segundo camino cuaresmal, según el Papa San León Magno. Se trata del ayuno
del hombre viejo, del ayuno del pecado, de la renuncia a los propios caminos
para abrazar los caminos de Jesucristo. Se trata de privarnos de algo en favor
de alguien necesitado, que podemos nosotros mismos o nuestro prójimo. El ayuno
no es, pues, una ejercitación meramente voluntarista o hasta masoquista. Es una
opción de purificación y de intercesión.
La caridad,
la solidaridad es el tercero de los caminos tradicionales y permanentes de la
cuaresma. ¡Tenemos tantas demandas de justicia para vivir la limosna, la
caridad cuaresmal!
La cuaresma
es un tiempo para vivir de ella. Es un tiempo para practicarla, para
ejercitarla no como un fin en sí mismo sino como un medio, un camino hacia la
pascua. Por ello, para recorrer adecuada y cristianamente la cuaresma debemos
buscar y desarrollar nuevos espacios oracionales y devocionales.
Otras maneras
espléndidas y siempre fecundas para recorrer este camino cuaresmal de la
oración será practicar algún día de retiro o de ejercicios espirituales, que
nos llenarán de fuerza, de gracia y de vida, siempre necesarias para todos y
participar en conferencias, charlas y escuelas cuaresmales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario