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domingo, 7 de agosto de 2011

Volvemos a hablar de Somalia

Somalia.

Cristina.
Pues, sí, volvemos a hablar de Somalia y del Cuerno de África.
Porque deberíamos levantarnos cada mañana con la noticia pegada en la frente:
"La O.N.U. ha decretado esta semana otras tres zonas del Sur, como zona de hambruna del Sur de Somalia.
¡Razones de la catástrofe? Muchísimas. Las dos principales, el bloqueo que sufre el país desde 2006 por el grupo extremista islámico Alzabah, y la escasa ayuda internacional para la tragedia que se está cobrando miles de vidas cada día, a pesar de que 2.500 personas llegan cada día a los campos de refugiados de Etiopía y Kenia donde ya se están estableciendo ampliaciones para poder acoger a todos los refugiados.
Todavía quedan muchos en Somalia que no han podido huir a Kenia o a Etiopía, o que no han podido llegar hasta la capital de Somalia, Mogadiscio, donde el  puente aéreo desde Nairobi envía alimentos de primera necesidad y nutricionales.
Los que no llegan son los más pobres, especialmente mujeres, niños y ancianos -así lo ha contado un testimonio anónimo, por motivos de seguridad, enviado a "Manos Unidas" desde Mogadiscio, y escrito, claro.
Los problemas en Somalia no son a corto plazo, aunque ahora la prioridad es enviar auxilio inmediato a quienes mueren de hambre.



 Lo recordó de nuevo otra vez el santo Padre en el Ángelus del pasado domingo 31 de Julio, en el que hizo alusión al Evangelio del día, el de "la multiplicación de los panes y los peces".
Decía que el Señor ahí nos dejó un ejemplo elocuente de su compasión.



Esto nos hace pensar en tantos hermanos/as que en estos días, en el "Cuerno de África" sufren las dramáticas consecuencias de la carestía, agravadas por la guerra y por la falta de instituciones sólidas.
Los años de bloqueo de la ayuda internacional han provocado muertes y malnutrición en una población que ya no tiene más fuerzas, están agotados; y aunque intentan salir del país para salvar sus vidas, no siempre consiguen llegar a su destino -explica el testimonio anónimo- las madres emprenden marchas de cientos de Kilómetros con sus hijos, pero no se sostienen.
Una madre venía a Mogadiscio con sus cinco hijos, llegó sólo con el pequeño a quien amamantaba en brazos, los otros cuatro niños se quedaron en el camino.


Según afirma "Manos Unidas" ya ha enviado ayuda a Kenia, Somalia y Etiopía. La primera partida 160.000,700 euros.
Por su parte "Cáritas Somalia" está trabajando con los socios locales para ayudar a las familias desplazadas mediante el envío de alimentos, medicinas y tiendas de campaña... Pero es que esto no es suficiente; las migajas de los grandes, no solucionarán un problema que va más allá de soltar unos millones de euros -que también es importante para que puedan comer y seguir viviendo-
 ¡ES IMPORTANTE Y ES URGENTE!

Pero el problema de Somalia -como el de toda África, como el de la mitad de Asia o de América- es el egoísmo y el corazón de piedra de los que gobiernan el mundo y la historia desde este lado del mundo, de sus ansias de poder, de su egoísmo y de su ceguera de dinero, y sólo cambiando el corazón del hombre, se podrá cambiar el rumbo del mundo.
Tenemos una prueba para hacerlo aquí, en la Jornada Mundial de la Juventud, dentro de unos días, cambiar el corazón de tantas y tantas personas que gritan a nuestro alrededor. Porque, amigos, "indignarse sin amar, crea siempre nuevas víctimas" -como dice Monseñor Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger.



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