“Ventana abierta”
A raíz de la guerra del Vietnam, una muchacha norteamericana escribió una tardía y bella carta de amor. Hela aquí:
“¿Te acuerdas del día en que te pedí prestado el coche nuevo y lo dejé hecho un acordeón? Pensé que me matarías, pero no me dijiste una palabra.
¿Te acuerdas del día en que te hice ir casi a rastras conmigo, y tú decías que iba a llover y llovió? Pensé que ibas a decir: “Te lo había dicho”, pero no lo dijiste.
¿Recuerdas aquella vez en que coqueteaba con todos para darte celos y tú te pusiste celoso? Creí que ibas a dejarme, pero no lo hiciste.
¿T acuerdas de cuando se me cayó la tarta de fresas sobre la tapicería nueva del coche? Temí que fueras a gritarme: “Idiota, inútil”, pero no lo hiciste.
¿Y te acuerdas del día en que me olvidé de decirte que la fiesta era en traje de etiqueta y tú te presentaste en vaqueros? Temí que fueras a ponerme de vuelta y media, pero no lo hiciste.
Sí, hay tantas cosas que no hiciste…Pero tenías paciencia conmigo y me querías, y estabas siempre de mi parte.
Había tantas cosas de las que quería pedirte perdón cuando volvieras de Vietnam.
Pero no volviste y ahora es demasiado tarde”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario