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sábado, 30 de abril de 2011

La vida, un "Sí".

María es siempre el Camino para todos.


Sé el Camino de los que parten y la serenidad de los que quedan.
Acompáñanos siempre mientras vamos peregrinando juntos hacia el Padre.


Enséñanos que esta vida es siempre una partida, siempre un desprendimiento y una ofrenda, siempre un tránsito, en definitiva una Pascua, hasta que llegue el tránsito definitivo de la Pascua consumada, entonces comprenderemos:
Que para vivir hace falta también morir.


Que para encontrarse plenamente en el Señor hace falta despedirse.
Y que es necesario pasar por muchas cosas para poder entrar en la Gloria.

Señora de la Pascua, en las dos puntas de nuestro camino tus dos palabras:
el "Fíat


y el Magnificat".


Que aprendamos que la vida es siempre un "Sí" porque ese es el sentido de nuestra vida, de nuestra vocación, en definitiva, de la Fiesta que no tiene fin.


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