Aunque nos tapemos los oídos con la almohada y gruñamos de rabia cuando suena el despertador...
¡gracias a Dios que podemos oir!
Hay muchos que son sordos.
Aunque cerremos los ojos cuando, al despertar, el sol se cuela en nuestra habitación...
¡Gracias a Dios que podemos ver!
Hay muchos ciegos.
Aunque nos pese levantarnos y salir de la cama...
¡Gracias a Dios que tenemos fuerzas para hacerlo!
Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque regañemos cuando no encontramos nuestras cosas en su lugar, porque los niños las desordenaron...
¡Gracias a Dios que tengo familia, esta familia!
Hay muchos solitarios.
Aunque la comida no estuvo buena, y el desayuno fue aún peor...
¡Gracias a Dios que tenemos alimentos!
Hay muchos con hambre.
Aunque nuestro trabajo sea monótono y rutinario...
¡Gracias a Dios que tenemos ocupación!
Hay muchos desempleados.
Aunque no estemos conformes con la vida, peleemos con nosotros mismos y tengamos muchos motivos para quejarnos...
¡Gracias a Dios por la vida!
Aún estamos vivos.
Aún podemos amar.
Aún podemos ayudar a alguien.
Aún podemos agradecer.
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