La vida física, por la que se inicia el itinerario humano en el mundo, no se agota en sí misma, ciertamente, todo el valor de la persona, si representa el bien supremo del hombre llamado a la eternidad.
Sin embargo, en cierto sentido, constituye el valor fundamental precisamente porque sobre la vida física se apoya y se desarrollan todos los demás valores de la persona humana.
¿Cómo es que, siendo la vida un valor trascendental en el crecimiento y desarrollo de la humanidad, es tan despreciado, atropellado y constantemente violado?
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