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martes, 8 de marzo de 2011

DE LA ALEGRIA NATURAL A LA SOBRENATURAL.


Entre la alegría cristiana y la alegría natural existe una correlación de similitud y paralelismo, como nacidas del mismo corazón y como expresión de similares sentimientos afectivos, aunque los móviles y objetivos finales sean fundamentalmente diferentes, y sean también diferentes sus efectos.

Pablo VI establece la dependencia e interrelación entre la alegría cristiana y las alegrías naturales cuando dice, en su Carta Apostólica "Gaudete in Domino":
"La alegría cristiana supone un hombre capaz de alegrías naturales".

Ampliando esta manifestación del Papa, podemos afirmar que el ser humano, en la medida en que es sensible a las alegrías de orden natural, lo es también a las propias del orden sobrenatural.

Quien no es capaz de conmoverse de emoción ante las bellezas y los gozos que produce la contemplación de las maravillas de naturaleza no puede serlo ante las sobrenaturales.

Quien no se detenga admirado ante la belleza de las flores,
¿puede acaso pararse a admirar la belleza de la acción de Dios al crearlas?




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