Páginas

miércoles, 2 de julio de 2025

RINCÓN PARA ORAR. "JESÚS LES DIJO, ID A LOS CERDOS". Miércoles, 2 - Julio - 2025

"Ventana abierta"

RINCÓN PARA ORAR


SOR MATILDE

JESÚS LES DIJO, ID A LOS CERDOS

28 Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que nadie era capaz de pasar por aquel camino.

29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?»

30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo.

31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»

32 El les dijo: «Id. » Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.

33 Los porqueros huyeron, y al llegar a la ciudad lo contaron todo y también lo de los endemoniados.

34 Y he aquí que toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, en viéndole, le rogaron que se retirase de su término. (Mt. 8, 28-34)

Este Evangelio, por lo realista y porque actúan en él poderes ocultos y malos, nos sobrecoge. Pero Jesús nos quiere llevar de la mano al poder del Hijo de Dios que ha destruido estas fuerzas malvadas que nada pueden contra ÉI.

Se trata de dos endemoniados furiosos por la posesión en ellos de un demonio o de una legión de demonios, que les tienen sometidos bajo su poder. Son los dos hombres tan desgraciados que viven en las afueras del pueblo, en los sepulcros. Son el terror de estos habitantes que no se aventuran a transitar por esos caminos.

Pero Jesús no teme nada y se adentra en estos parajes. Los endemoniados, al ver de lejos a Jesús, le gritan por boca de los demonios: “¿qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?”. Los demonios, por ser espíritus, conocen más que los hombres que Jesús es el Hijo de Dios y saben que ÉI, en su momento, ha venido a expulsarlos de los hombres y del mundo: se saben condenados a la infelicidad y a una eternidad fuera del amor de Dios. Y le suplican, en su impotencia, un mal menor: entrar en los cerdos con toda su furia y salir de los dos hombres. Y Jesús se lo consintió.

Ya sabemos el relato: los del pueblo prefieren sus pingües negocios con sus puercos que la salud y la vida de estos dos vecinos desgraciados. Así, le piden a Jesús que se aleje de allí. ¿Es que no veían que Jesús era un profeta poderoso en milagros? ¡Claro, pero sus ojos estaban ciegos por la codicia: sus dineros ¡valían mucho más que la vida de dos hombres!

La cría de cerdos y su venta a los paganos les traía buenos beneficios. Porque, los judíos fieles, no tenían nada que ver con estos animales que consideraban impuros. Al verlos, no como cualquier mamífero, una oveja o una cabra y que comía de todo lo que veían, hasta sus mismas heces, si fuera necesario; y que se revolcaban en ellas, juzgaron que eran indignos de ser apacentados por los hombres y menos comer su carne. Eran animales inmundos que sólo un infiel podía tratarlos. De aquí lo fuerte de la petición de estos demonios que no tenían reparos en entrar dentro de ellos.

Jesús nos propone aquí un milagro de una misericordia y compasión infinita para los que sufrían tales posesiones diabólicas. Nos está invitando al mismo amor para con nuestros hermanos caídos en desgracia. La fuerza de Dios con nuestra conmiseración hará el milagro de liberar de estos poderes tenebrosos a los que se hallan inmersos en ellos. Y es que Satanás se disfraza a veces de ángel de luz y acampa en el mundo en muy diversos estamentos. “Hace trampantojos”, como decía nuestra Santa Teresa de Jesús, haciendo ver el mal como bien; la maldad como bondad; el derecho de los fuertes, los ricos, los soberbios como algo necesario para mantener el equilibrio entre los hombres...

¡Señor, líbranos del Maligno, pues en Ti sólo ponemos nuestra confianza! ¡Que así sea! ¡Amén! ¡Amén!

No hay comentarios:

Publicar un comentario