"Ventana abierta"
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Mons. Víctor Manuel Fernández
Entrar en la presencia del Espíritu Santo es
lograr que por un momento él sea el único importante. Eso produce un deleite
diferente y superior a cualquier otro placer, un gozo del cual nos privamos
muchos creyentes.
El tiempo de oración puede ser un tiempo vacío
y superficial, puede convertirse en un momento en que pensamos en nuestros
problemas, planificamos cosas, imaginamos cómo resolver alguna dificultad de
nuestra vida. Nos buscamos a nosotros mismos. Pero allí no nos encontramos con
el Señor. Eso todavía no es entrar en la presencia del Espíritu Santo. Eso es
hablar con uno mismo, porque allí Dios no ocupa el centro de nuestra atención,
y ni siquiera es una presencia que nos interese; él es frecuentemente un
decorado de nuestro tiempo de reflexión donde nos ocupamos de nuestra propia
vida, analizamos, resolvemos, soñamos, y terminamos rezando un Padrenuestro
para creer que hemos alimentado nuestra dimensión espiritual.
Por eso es tan importante invocar al Espíritu
Santo antes de ponernos a orar, y pedirle que él nos haga reconocer la mirada
de Jesús llena de amor, sus brazos que nos esperan, y que nos ayude a
escucharlo a él más que a nuestra propia mente. El Espíritu Santo es el que nos
mueve a orar de verdad. Por eso, no deberíamos comenzar ninguna oración sin
invocarlo a él.
Oración inspirada en la reflexión de Los Cinco Minutos del Espíritu Santo del 25 de julio
"Espíritu Santo, te invoco con humildad y
deseo profundo de que tomes el centro de mi vida. Aparta de mi mente toda
distracción, toda preocupación que me aleje de Ti, y enséñame a silenciar mi
voz interior para poder escuchar la tuya. Hoy quiero que seas Tú quien habite
mis pensamientos, mis deseos y mis palabras.
Te ruego que no permitas que mi oración se
convierta en un momento vacío, sino que sea un verdadero encuentro contigo, un
espacio sagrado donde pueda reconocer la mirada de Jesús que me ama y me
espera. Ayúdame a dejar de buscarme a mí mismo, para buscar solamente tu rostro,
tu voz, tu presencia viva.
Ven, Espíritu de Dios, y hazme experimentar ese gozo profundo que solo tú puedes dar, esa alegría serena que inunda el alma cuando eres Tú el único importante. No quiero orar sin Ti nunca más. Sé tú mi guía, mi fuerza y mi compañía constante en cada encuentro de oración. Amén".
#CincoMinutos #EspírituSanto #VíctorManuelFernández #EditorialClaretianaAmén
No hay comentarios:
Publicar un comentario